El árbitro

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

El Arbitro, Primer largometraje del director Paolo Zucca, una historia enmarcada por el fútbol protagonizada por uno de los mejores actores que tiene hoy en día el cine italiano, Stefano Accorsi.

Filmada en blanco y negro y con una fotografía que se destacada, además de unos encuadres muy cuidados, El Árbitro es más que una película sobre fútbol. En esta coproducción con Argentina, país que sin duda tiene una relación muy especial con este deporte, se trazan dos historias paralelas… paralelas hasta que se juntan y divergen en una sola.

Por un lado, un pueblo y un partido de fútbol entre dos equipos locales que juegan con pasión para ganar. Un equipo más humilde contra uno aparentemente más poderoso, pero que no tiene a este nuevo jugador llegado de Argentina, Matzuzi.
Por el otro, el protagonista Stefano Accorsi (actor conocido más que nada por El último Beso y Santa Maradona) como un árbitro profesional que está a punto de llegar a lo más cumbre de su carrera, pero cuya ambición lo hace retroceder notoriamente.

El árbitro es una comedia construida a base de buenos gags y personajes interesantes, como el jugador enamorado de una mujer que apenas le da la hora, o el árbitro comprado que no disimula para nada las ventajas que le impone a uno de los equipos. Pero además de estar bellamente filmada en blanco y negro, no sólo ahí radica el encanto de la imagen, sino que Zucca construye imágenes, y así escenas, memorables.

Más allá de girar alrededor de la pasión que genera el fútbol, la película es entretenida incluso para quien no se siente para nada cercano a aquel deporte, tal como quien escribe en este momento, que disfrutó mucho de la película y las historias que en ella se cuentan.

El árbitro funciona como una sátira divertida, que no denuncia pero sí expone situaciones a simple vista absurdas pero que no dejan de sonar familiares. Una película donde lo técnico y lo actoral se destacan de la mano de un muy buen guión.