El aprendiz

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

Ganadora de la competencia argentina del pasado Festival de Mar del Plata, esta opera prima protagonizada por Nahuel Viale, Esteban Bigliardi, Mónica Lairana y German De Silva se centra en los conflictos personales de un joven que intenta abrirse camino profesionalmente.

El gris invierno en un pueblo costero (en este caso, Necochea) es el centro de otra de las películas de la competencia argentina del festival de Mar del Plata, caso que también se da en PINAMAR. De alguna manera, esta opera prima de De Leone es una suerte de reverso oscuro –o desesperanzado– de aquella, más amable y luminosa.

Lo que se cuenta aquí es la vida de Pablo (Nahuel Viale), un aprendiz de cocina en un restaurante, que está en pareja y sueña con abrir su propio local. Pero el resto de las cosas no le funcionan muy bien: su madre (Mónica Lairana) es una alcohólica que no logra salir de su estado de permanente estupor por más esfuerzos que él haga por ayudarla, y su padre (German De Silva), los ha abandonado para formar otra familia.

Pero más complicado que todo eso se volverá la relación de él con su grupo de amigos, un cuarteto en apariencia amigable que resulta no ser tanto ya que son comandados por un típico bully de barrio (Esteban Bigliardi, muy efectivo en su construcción de un personaje insoportable que sostiene todos sus maltratos con el recurso de “es una jodita, nos estamos divirtiendo”) va enredando al resto en pequeños delitos que, evidentemente, los meterán en problemas a todos ellos.

EL APRENDIZ es breve y efectiva en su retrato de las elecciones contradictorias en las que se envuelve Pablo, un pibe de 21 años (muy bien encarnado por Viale, en una actuación contenida) que intenta hacer lo correcto pero no puede evitar meterse en problemas más allá de sus deseos. El filme de De Leone busca un tono naturalista, de calma chicha de pueblo que disimula sus problemas, y eso se advierte en cada plano. Es cierto que la película sigue una cierta fórmula y que no hay intentos por quebrar las reglas de ese relato de iniciación que se ha visto varias veces (inclusive en este festival), pero en su modesta búsqueda tiene algo noble y verdadero.