El acto en cuestión

Crítica de Susana Salerno - N3F

Pasaron 22 años para que se estrene este film. Si te gusta el buen cine esta película es imperdible.

Esta película tiene una particularidad, y es que tardó 22 años en estrenarse comercialmente en nuestro país, ahora remasterizada y digitalizada, pese a todo no perdió vigencia. Sólo fue exhibida una vez en nuestro país, en la sala Leopoldo Lugones, en 1996 y recibida con éxito en Cannes. La dirección y Guión es de Alejandro Agesti (“El amor es una mujer gorda”, “Boda secreta”, “Crímenes modernos”), fue filmada casi en su totalidad en Bélgica y en algunos países de Europa del Este y conto con un gran elenco: Carlos Roffé, Sergio Poves Campos, Lorenzo Quinteros, Mirta Busnelli y Natalie Alonso Casale, entre otros.

Cuenta la historia de Miguel (Carlos Roffe de brillante actuación) un hombre que vive en un conventillo junto a su novia Azucena (Mirta Busnelli, una gran actriz que sabe lo que le gusta a Agresti), y que pasa sus días buscando trabajo y robando los más diversos libros, que cuenta con una estupenda memoria pero la relación con su esposa no es buena y una de las cosas que le reprocha es la vida que lleva y la pensión donde viven.

Pero un día la vida de Miguel cambia definitivamente en ese encuentro con distintos libros, llega uno muy especial de magia y ocultismo, aprende un truco de magia con el que hace desaparecer primero objetos y luego personas. Quiroga consigue entonces un representante e inicia un viaje por Europa, donde el truco tiene mucho éxito. Se encuentra con diversos personajes: una joven adolescente en un tranvía, un extraño coleccionista de muñecas (Lorenzo Quinteros) y el dueño de un circo ambulante Amilcar Liguori (Sergio Poves Campos), entre otros. Pero la repentina fama alterará su vida y le generará consecuencias inesperadas.

Su narración es brillante, maravilloso plano secuencia inicial, va mostrando los distintos personajes, las distintas habitaciones de una pensión del barrio porteño de Almagro y un pequeño dormitorio repleto de libros repartidos por el suelo, además cuenta con una gran estética, ácida y melancólica, acompañada por una música armoniosa compuesta por: tangos, música clásica y rock argentino .

Un gran movimiento de cámara para seguir al personaje principal, entre otras situaciones, la historia es creativa, filmada en blanco y negro, nos ofrece varios mensajes que el espectador sabrá interpretar, tiene toques de humor, políticos y filosóficos y la banda de sonido del japonés Toshio Nakagawa. Una pena que el gran actor Carlos Roffe falleció en el 2005 a los 62 años y no pudo ver este estreno.