Dos pavos en apuros

Crítica de Roque Anzalas - El Espectador Avezado

Así como San Valentín nos invade en cientos de comedias románticas o Halloween hace lo propio dentro del terror, el día de acción de gracias, si bien es una festividad exclusivamente Norteamericana, el cine se ha encargado de que el resto del hemisferio sepa de que se trata y al menos los adolescentes y adultos lo sabemos, no tan así los más pequeños, que es a quienes va dirigido el film.
En "Free Birds" ("Aves libres", cuyo título es bastante más apropiado que la traducción local) el director de "Horton y el mundo de los quien" y "Jonah Hex", Jimmy Hayward, nos trae una historia tan colorida y por momentos entretenida, como exclusivamente pensada para el público estadounidense, quien cada año espera ansioso para reunirse en familia a celebrar esta tradición.
Reggie (voz en Inglés de Owen Wilson) es un pavo diferente al resto y lo sabe. Mientras los demás se la pasan todo el día comiendo maíz y mirando el sol, el sólo observa a sus dueños para darse cuenta de como éstos aman todo tipo de fiestas y uno de los motivos por el cual lo hacen es porque les encanta comer.
Pero hay un problema con una de estas fiestas y es el menú, ya que Reggie es lo suficientemente listo como percatarse de que el plato principal en la mesa del día de acción de gracias es justamente "PAVO".
Desesperado, intenta advertir al resto del sus compañeros de que los están engordando con maíz para servirlos en la mesa, pero dado que éstos son bastante menos listos que él, no le creen y para cuando se den cuenta que es cierto, enojados, excluirán a Reggie del grupo dejándolo librado a su suerte.
Pero como es tradición que el presidente de los Estados Unidos perdone la vida a un pavo previo a la celebración, nuestro protagonista tendrá la suerte de ser el escogido por su pequeña hija y será llevado a la casa blanca donde vivirá todos tipo de lujos que nunca imaginó.
Hasta que el intrépido Jake (Woody Harrelson), una especie de líder de resistencia que logró escapar de una muerte segura y lucha por la liberación de los pavos, intente convencerlo de que hay una máquina del tiempo con la cual deben viajar al pasado (más precisamente a 1621, año en que se llevó a cabo la primer celebración) y así poder salvar al primer pavo que fue servido en una mesa y cambiar el destino de todos los pavos del mundo.
Si bien Reggie se rehúsa a seguir sus pasos e intenta engañarlo para escapar de él, accidentalmente terminarán encontrando la máquina y viajarán a la fecha indicada.
Hasta aquí y transcurrida la primera media hora, se puede decir que el film entretiene tanto a grandes como a chicos, sin embargo lo que sigue da la impresión de que los guionistas olvidaron de a quienes va dirigida la película, ya que parecen enfocarse más en entretener a los papis que a sus hijos a través de varios guiños cinéfilos que los más pequeños difícilmente puedan captar.
En su viaje al pasado, Reggie aprenderá sobre el amor (sí, hay un innecesario interés romántico de por medio), la amistad, la lealtad y efectivamente cambiará el curso de la historia, ya que en su regreso al presente el significado de la palabra "Gracias" a la hora de la celebración ya no será el mismo.
En cuanto a la animación, si bien no sorprende ni deslumbra, no hay nada que reprocharle al film y se nota que su director tuvo una buena escuela, ya que colaboró durante años con los estudios Disney-Pixar en títulos como las primeras dos Toy Story, Monsters Inc.,Bichos y Buscando a Nemo, entre tantos otros.
El problema es que por momentos la trama se vuelve un poco compleja para el público infantil, sobre todo en los últimos veinte minutos y allí donde los más grandes disfruten las referencias a películas como "Volver al futuro", "Harry Potter y el prisionero de Azkabán" o "Corazón valiente", los más chicos se pueden llegar a desorientar bastante, ya que como ocurrió el año pasado con Monsters University y las fraternidades, el Día de Acción de gracias resulta completamente desconocido para ellos.
Y por más que el film mantiene un ritmo acelerado en gran parte de los casi noventa minutos que dura, difícilmente logre que los más chicos no se aburran y llenen de preguntas a los adultos que los llevan a ver una historia que fue pensada para un público en particular, y no es precisamente por estos lados donde lo va a encontrar.