Dolor y gloria

Crítica de Manuel Germano - Ociopatas

Una película a puro Almodóvar: melodrama del mejor (ese que sabe exagerar y sin embargo despierta la empatía; ese que construye memorables guiños de humor mientras sacamos los pañuelos de los bolsillos), colores primarios plenos, guiños autoreferenciales, close-ups que revelan la emoción de actores icónicos. Sí, es una vez más Almodóvar sobre Almódóvar, un Almodóvar maduro como el barbado Antonio Banderas que seduce, conmueve y enternece encarnando a Salvador Mallo, un director que ya no filma, paralizado por sus dolencias (mostradas en un despliegue de efectos digitales) y sus adicciones. Con esta reflexión sobre las desventuras de directores de cine como él, Almodóvar parece completar así una suerte de trilogía junto a La ley del deseo y La mala educación.

Los personajes que vuelven del pasado, los recuerdos de su infancia que se entremezclan con alucinaciones, nos muestran la vulnerabilidad de Salvador ante la realidad de envejecer que el éxito no logra amortiguar. La trama se apoya en actuaciones excelentes de Antonio Banderas (que le valió el premio a mejor actor en Cannes), Leonardo Sbaraglia, Penélope Cruz, Asier Etxeandia y Nora Navas.

Una película sobre hacer películas, que juega con los límites de la ficción y la memoria. ¿Cuál es la película que estamos mirando? ¿Cuáles de las líneas narrativas que se superponen como capas de hojaldre son las que podemos identificar sobre el argumento de esta peli?

Cuanto más prestamos atención a los detalles (el color de los ojos de los personajes, una frase repetida, la intervención instrumental de alguna actriz favorita del director, una escena de La niña santa de Lucrecia Martel en un televisor…) más nos deleitamos con la multiplicidad de sentidos. Pero el cine es imagen, y de eso Almodóvar sabe mucho, y nos deja su sello distintivo en escenas memorables, como el reencuentro entre Salvador y un añorado amante (en la piel de Leonardo Sbaraglia) que es una narrativa en sí misma, un punto de inflexión a partir del cual el dolor puede, todavía, llevar a la gloria.

Reseña de CLAUDIA FERRADAS para www.ociopatas.com