Dogman

Crítica de Mariana Zabaleta - Subjetiva

“Dogman”, de Matteo Garrone
Por Mariana Zabaleta

A orillas del río Tibet se cuentan historias ancestrales, el paisaje contagia la nostalgia de los parques de diversiones abandonados. Dogman resulta una buena puerta de acceso a la pujante obra de Matteo Garrone, otra historia cargada de opaca sensibilidad.

La trama sencilla gira en torno del peluquero canino Marcelo, su vida transcurre en un clima pueblerino cargado de momentos gratos. La búsqueda de verosímil construye personajes que rozan los arquetipos más populistas: los tonos elevados, tanto en el amor como en la enemistad, parecen los propios del pulso italiano. Rozando lo caricaturesco Marcelo recuerda el lánguido y afectuoso rictus de Buster Keaton. Las mejores escenas lo muestran vinculándose con su hija, una relación espontánea y afectiva que busca continuamente crecer a través de la experiencia. Este y tantos otros vínculos construyen a Marcelo como un tipo cuya transparencia se ve hostigada por el pandillero del pueblo.

El personaje de Simone se presenta como la contracara de Marcelo, un Remo para nuestro Rómulo pone en conflicto el hábito y estatus del protagonista. El relato se torna conflictivo luego de que la ilegalidad irrumpe y convive lentamente con Marcelo. Una cosa lleva a la otra y lo que parece que culmina en un estallido nunca termina por explotar. Marcelo pierde su vida (excepto el vínculo con su hija), para terminar encontrándose en un final totalmente díscolo. Resulta difícil imaginar una satisfacción ante el final propuesto, pero la suma de tensión remarca el componente psicológico que es destacable. Tan salvajes y sometidos, hasta el final fieles con los nuestros, al igual que los perros.

DOGMAN
Dogman. Italia/Francia, 2018.
Dirección: Matteo Garrone. Guión: Matteo Garrone, Massimo Gaudioso y Ugo Chiti. Intérpretes: Marcello Fonte, Edoardo Pesce, Nunzia Schiano, Adamo Dionisi, Francesco Acquaroli, Gianluca Gobbi, Alida Baldari Calabria, Laura Pizzirani, Giancarlo Porcacchia, Aniello Arena. Duración: 103 minutos.