Desobediencia

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Se estrena la primera película en inglés de Sebastián Lelio, el director de la ganadora al Oscar por Mejor Película Extranjera: Una mujer fantástica. Escrita junto a Rebecca Lenkiewicz (guionista de la polaca Ida y del próximo estreno Colette) y basada en la novela de Naomi Alderman, Desobediencia es la historia de un amor prohibido pero ante todo de la necesidad de poder ser uno mismo aun habiendo salido de un entorno que grita que seamos del modo que otros tienen planeado.
Rachel Weisz es Ronit, una fotógrafa que vive en Nueva York. Cuando se entera de que falleció su padre regresa a la comunidad judía ortodoxa que dejó en Reino Unido. Allí se reencuentra con parte de su pasado, con una sociedad que no acepta la vida liberada que ella lleva (una mujer soltera que no tiene hijos, que viste minifalda, que lleva su cabello suelto) pero sobre todo con un viejo amor, un amor que quizás no esté apagado ni enterrado. Ahí es cuando aparece en escena Esti, interpretada por Rachel McAdams, una vieja amiga que se casó con otro viejo amigo.

Mientras una se permitió salir y darle rienda suelta a su propio ser, la otra vive encerrada en los mandatos de su comunidad. Sin embargo no todo parece estar tan resuelto para ella cuando se reencuentra con Ronit y empiezan a florecer tantos recuerdos y sentimientos. Lelio va narrando la relación entre ellas dos de una manera sutil, a su tiempo, para después mostrarlas dejándose llevar de la mano a escondidas. Es frío a la hora de retratar todo lo referido a esta comunidad, sus costumbres, sus rituales, sus vestimentas siempre oscuras no sólo en duelos; pero a la hora de retratar la historia de amor y pasión entre ellas va siendo gradual, comenzando de manera delicada hasta ser más visceral en la escena de sexo o imprimiéndole aún más romanticismo con The Cure como banda sonora.

La trama de Desobediencia es bastante simple pero le permite a Lelio desplegar alrededor de ella varias aristas como los mandatos que una mujer se supone que tiene sólo por ser mujer y por haber nacido en determinado lugar. Cuando llega Ronit a su lugar de procedencia no es bienvenida y sólo encuentra refugio en este trío de viejos amigos. No estamos ante una historia de amor y nada más, sino que se trata además de autodescubrimiento, y no se ve esto sólo en el personaje de Ronit sino especialmente en el de Esti, que cree que cierta vida la colma hasta que se enfrenta a lo que de verdad desea.

Entre las actrices se percibe mucha complicidad y le suma veracidad a su historia. A veces son sólo miradas y gestos y otras veces algún comentario punzante: “¿Qué fue lo que te sucedió?”, “Vos”. Ellas dos son el eje principal de la película, funcionan una como reflejo de la otra, aun pareciendo ser tan distintas: la liberal y la sumisa, la que quiere más y la que se amolda.