Depredadores

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

En 1987, mucho antes de terminar en prisión, el director John McTiernan dirigió su primer gran éxito: Depredador. El argumento sacaba mucho de uno de los films más imitados de la historia: El malvado Zaroff, de 1932, en la que un grupo de personas se convierte en la presa de un conde aburrido de cazar sólo animales. Esta vez, el cazador es un extraterrestre de cara horripilante y peinado rastafari, capaz de camuflarse entre las plantas cual camaleón intergaláctico. Por el lado de los humanos-víctimas, un comando de élite encabezado por Arnold Schwarzenegger. Luego de un tramo muy climático en la selva de Guatemala, el film derivaba en una de acción y ciencia-ficción hiperentretenida. Los personajes van de Guatemala... a Guatepeor (y, me quedó picando). Él éxito originó una segunda parte. Estrenada en 1990, Depredador 2 no sorprendió como la primera película. Ahora la acción transcurría en Los Ángeles y el protagonista era Danny Glover. De todos modos, era divertida, y hasta anticipaba el crossover con Alien, que recién vio la luz en 2004: Alien vs Depredador tampoco es una genialidad, pero el director inglés Paul Anderson le puso garra y el resultado es más que divertido y fiel a las dos sagas. ( y si le sumamos la participación de enorme Lance Henricksen...). Hubo una secuela, Aliens vs. Depredador 2: Réquiem, que ubicaba a los mortíferos visitantes espaciales en un pueblito estadounidense. No era tan mala.

Ahora, con Robert Rodríguez como productor, llega Depredadores.

Por un lado, la película captura el espíritu de la primera entrega: la acción transcurre en un paisaje selvático, donde un grupo de soldados y criminales comenzarán a ser acechados por ya-saben-qué; en determinado momento aparecen trampas y otras referencias a aquella aventura con Arnold; uno de los recios protagonistas es negro, como Bill Duke y Carl Wheaters; otro personaje, de rasgos exóticos, combate contra una de las criaturas...

Por otro lado, hay detalles novedosos. ¿Quién se hubiera imaginado a Adrien Brody jugando a ser Schwarzenegger, poniendo cara de malo y diciendo frases como “Nos están cazando”? Pero la elección del ganador del Oscar funciona: es el antihéroe perfecto e impensado para un film así, como ya quedó demostrado en King Kong de Peter Jackson.

En cuanto al resto del elenco, la brasileña Alice Braga sigue la tradición de actrices latinas de la serie: en Depredador estaba Elpidia Carrillo; en Depredador 2, María Conchita Alonso. Topher Grace vuelve a interpretar a un nerd con un oscuro secreto. Danny Trejo hace de eterno mercenario (lo cual es buenísimo) y Lawrence Fishbourne aparece como un soldado que, de tanto lidiar contra los depredadores, quedó tocado, hablándole a amigos invisibles.

El director Nimród Antal le da a su obra sanas dosis de suspenso, acción, horror gore y hasta parte cómicas, siempre con un ritmo infernal, pero no agobiante, y sin jamás abusar de los FX. La mano de Robert Rodríguez se nota en la esencia trash del producto, lo que la convierte en una película indispensable para todo fanático.

¿Depredadores representará la resurrección de la franquicia? Eso está por verse. En tanto. Podemos disfrutarla mientras esperamos más delirios explosivos como Los indestructibles y Machete.