Delfín

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

La película escrita y dirigida porGaspar Scheuer -El desierto negro y Samurai- coloca su mirada sobre la vida de un niño con sueños que crece en un ambiente hostil.

Delfín -Valentino Catania- tiene once años, vive con su padre -Cristian Salguero- en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, reparte pan a los vecinos y desea participar en el concurso de una Orquesta infantil en la ciudad de Junín. Sin recursos, Delfín improvisa su instrumento, el corno francés, con un embudo y una manguera, mientras espera el momento de viajar junto a su papá.

Como ocurre en toda "road movie", se utiliza el viaje -que no sale como estaba planificado-, como excusa para mostrar el autodescubrimiento del niño y la relación que mantiene con un padre casi ausente en medio de un ámbito que no ofrece oportunidades. 

Mientras el progenitor escapa de algunas deudas y de los cobradores que insisten en visitarlo de manera violenta, Delfín va al colegio, espía con fascinación a su maestra -Paula Reca- y cuenta con el apoyo del panadero -Marcelo Subiotto- del barrio.

Una historia sencilla que crece en emotividad por los climas logrados y coloca la inocencia del personaje central en un primer plano: la travesía, corta y arriesgada, lo obligará a sortear obstáculos al igual que los mayores que lo rodean.

El film radiografía una realidad alejada de la gran ciudad, en la que el silencio se traslada a sus personajes y la ternura gana terreno con el correr de los minutos. Un buen elenco al servicio de un relato en el que Delfín afronta, casi, una vida de adulto.