Deadpool 2

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Para todos aquellos que se regocijaron con este personaje “irreverente, que se desprecia a si mismo, infantil, violento, irritante, un verdadero antihéroe en traje de superhéroe” como le gusta definir a Ryan Reynolds a su personaje, encontraran que esta secuela esta a la altura de la primera y la mejora. Es que el actor, productor y coguionista de esta entrega le otorga la personaje una a enorme irreverencia que le permite burlarse de los X Men, de los Advengers, de Frozen, de Barbra Streissand, del eterno Logan de maravilloso Hugh Jackman que entra en el juego, al más malo de Thanos con quien comparte el actor, y la lista sigue. Desde los títulos ya se advierte el tono juguetón y loco, la banda sonora, el humor delirante y el agregado después de un tiempo de créditos (NO irse del cine con el final de la película) que le pone una regocijante frutilla al postre a esta entrega y no adelanta lo que se viene. La incorporación de David Leitch (“John Wick) como director le otorga toda la polenta a las escenas de acción de gran despliegue con efectos especiales “imposibles” y el guión se acomoda a un “Deadpool” que también sufre, tiene sentimientos, va a defender a un adolescente castigado y desatado y formara la “X Force” con un casting desopilante, pero con la incorporación de personajes dominantes y carismáticos destinados a durar. Con “Cable” y “Domino” especialmente. Reynolds junto a los guionistas de la primera entrega Rhett Reese y Paul Wernick son una máquina de gags y burlas dentro de un argumento que los contiene. Reynolds puede ponerle carga emotiva a su rol y a los pocos minutos burlarse de si mismo, pero con la misma intensidad. Si bien cae en lugares comunes de las producciones de este tipo, sabe desmarcarse como para que nadie lo tome demasiado en serio. Un entretenimiento que funciona en los mínimos detalles, con ironías en catarata que pueden perderse entre tantos dardos que dan en el blanco siempre. Esta secuela tendrá el mismo o más éxito que la primera y ya se habla de una tercera.