Crímenes y virtudes

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Filosofía barata

El caso de Tim Blake Nelson, actor que pasa a la silla de director, junta un par de amigos y filma Crímenes y virtudes (2016), una pretenciosa película coral, es el ejemplo ideal para abarcar este opus de carácter televisivo que por esas cosas llega a la pantalla grande.
Según palabras del propio director, una de las ideas base es reflejar la dicotomía entre comunicación e incomunicación en el escenario de la ciudad de Nueva York, espacio urbano por excelencia que resalta además el conflicto de los personajes entrelazados por alguna característica, pero no por un relato cohesionado como debería ser.