Creed II: Defendiendo el legado

Crítica de Brian Bahar - Cinergia

Defendiendo el legado

La saga de Rocky ya es una mitología en si mismo con millones de fanáticos, y desde 2015, con el estreno de Creed: Corazón de campeón se extendió con la incorporación de un nuevo protagonista: Adonis Creed, hijo del fallecido Apollo.

Si bien la anterior película podría considerarse una continuación de la saga de Rocky o un spin-off, también se constituía por si sola como una película independiente que podía ser vista sin haber visto ninguna de las anteriores. En esta nueva entrega ya requiere un poco más de conocimiento ya que es una secuela directa de Creed I y a la vez de Rocky IV (1985), película en la que su padre falleció arriba del ring a manos del boxeador soviético Ivan Drago (Dolph Lundgren).

En esta ocasión el director Steven Caple Jr. ocupa el lugar que dejó Ryan Coogler -uno de los directores más reconocidos de los últimos años- y a pesar de no contar con experiencia en grandes películas, logra estar a la altura e incluso dotarle más dramatismo y emoción a la trama (sobre todo cuando empieza a sonar ESA música). La edición visual y sonora están tan bien construida que el espectador sufre junto a los boxeadores por cada golpe recibido.

Otro punto a destacar es que por primera vez los rivales de los protagonistas están totalmente humanizados. En Rocky IV nos presentaron a Ivan Drago directamente como una máquina de boxear sin emociones. Ahora lo vemos entrenando a su hijo, ambos totalmente corrompidos y resentidos tras haber perdido todo (desde su reconocimiento hasta su esposa) luego de la derrota en manos de Rocky.

En su anterior película vimos a Adonis dando sus primeros pasos en el boxeo siendo entrenado por Rocky Balboa (Sylvester Stallone) como su coach y figura paterna tanto arriba como abajo del ring. Ahora, ya consolidado como un boxeador profesional, deberá demostrar que está a la altura de lo que alguna vez fueron tanto su padre como su entrenador, al enfrentase a Victor Drago. Pero claro, esta pelea no es una más, sino que para ambos boxeadores significa su mayor desafío.

Otro pilar importante es el de Bianca (Tessa Tompson), la novia de Adonis y su apoyo moral para afrontar todo lo que la vida le pone en frente. Como no podía ser de otra manera Rocky le aporta toda la emoción a la película demostrando que sigue siendo un luchador de la vida. Si en Creed I tuvo que enfrentarse al cáncer ahora peleará con sus demonios internos y su pasado que hizo alejarlo de su hijo. Adonis, Bianca y Rocky están ahí para demostrar que las verdaderas peleas ocurren debajo del ring.

Creed II, curiosamente, presenta una incoherencia, pero muy positiva. Por un lado, está relacionada fuertemente con la saga de Rocky (sobre todo la mencionada Rocky IV) lo que genera un gran atractivo para los fanáticos del personaje, pero a su vez el personaje de Adonis demuestra que puede valerse por sí mismo, y a la vez que defiende el legado de su padre y su entrenador, logra construir el suyo.