Corazones de hierro

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

Empieza bien y luego se marea. Completa su camino, pero de manera bamboleante.

Señalada como "la" nueva película bélica de Hollywood, Corazones de hierro no da con la estatura -por ejemplo- de Rescatando al soldado Ryan aunque aun así es probable que se la encumbre en la categoría de clásico. Merecimientos técnicos tiene, y si la maquinaria propagandística se lo propone y el público lo permite, podría llegar a darse.

Es una película de guerra más cruda que las que estamos acostumbrados a ver. Allí se cumple lo que dijo su director y guionista David Ayer: investigar el pasado en profundidad para que la película se parezca a la historia de la humanidad más que a la historia del cine.

Él lo mencionó en referencia a la reconstrucción de la época, con énfasis en lo militar. Y se ve que, además de estudiar cómo eran los tanques de esos años, se ocupó de saber las mil de maneras de morir en una batalla (parafraseando al programa de TV tan exitoso entre algunos adolescentes). Algunas insólitas, y otras tétricas.

Nuevamente, este filme dispara el debate que nunca se lleva se termina de traducir en la práctica: para qué le sirve al individuo ver ciertas cosas, incorporarlas a la memoria, a la experiencia en esta vida. Cultiva un modo de existir sitiado por la violencia, incluida la audiovisual.

Por otra parte esa rigurosidad que persigue el realismo a toda costa entra en incoherencias: las más marcadas giran en torno al personaje de Norman (interpretado por Logan Lerman). Es un novato que tiene que aprender a sobrevivir en la carnicería (el frente) guiado por el líder (Brad Pitt) del tanque, y al que inesperadamente lo mandan a tripular pues su función es la de escribiente.

Varias veces él, o los que ocasionalmente están alrededor de este Norman, pierden carnadura real para convertirse en figurines de una pantalla. El narrador no puede abstraerse de Hollywood y aunque pareciera renegar de ello se inclina por construir un héroe, no una persona. ¿Un héroe idealizado enmarcado por la Historia? ¿Quieren hacer de la Historia un efecto especial?

Y si esto fuera poco, se desperdicia la oportunidad de exponer el pleito moral que vive el personaje, la disputa entre sus creencias pacifistas y la obligación de matar para no morir. Allí habría habido riqueza de verdad para el espectador, esa persona que cuando acaba la función vuelve otra vez a la dura calle.

Pesado y bien realista, el filme termina siendo de contenido probélico. Es políticamente incorrecto decirlo pero cierto. Las víctimas de aquel horror sufrieron "para salvar" al planeta y todavía tienen que hacer una catarsis global en miles de salas de cine ante otras víctimas, pero de una onda expansiva que viaja a través del tiempo.

Corazones de hierro

Calificación: Regular

Fury (EE.UU., Inglaterra, 2014). Dirección y guión: David Ayer. Duración: 134 minutos. Música: Steven Price. Fotografía: Roman Vasyanov. Montaje: Jay Cassidy. Reparto: Brad Pitt, Logan Lerman, Shia LeBouf, Michael Peña, Jon Bernthal, Alicia Von Rittberg. Apta para mayores de 18. Violencia: alta. Sexo: alto. Complejidad: media.