Cómo entrenar a tu dragón 3

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Tercera entrega de la mejor franquicia de la factoría Dreamworks, "Cómo entrenar a tú dragón 3", de Dean DeBlois, mantiene en alta la vara de sus predecesoras.
Allá por 2010, "Cómo entrenar a tú dragón", significó un antes y un después para la gente de Dreamworks. Aquellos que habían comenzado bien alto con "Antz", y descubrieron el mega éxito con "Shrek", se habían quedado en la cómoda de repetir el esquema de la saga del ogro verde una y otra vez en historias cada vez más vacías y ofensivas. Referencias pop, chistes bordos, montaje adrenalínico, listo, tenemos una nueva película.
Ni siquiera la calidad de la animación estaba en buen nivel (solo voy a decir "Vecinos invasores"). "Cómo entrenar a tu dragón" llegó en un momento en el ya estábamos considerando el juego como un caso perdido para la empresa del nene pescador en la luna. Una sorpresa absoluta, una aventura realmente épica, profunda, que se alejaba del chiste fácil, con personajes adorables, y un guion que podía desarrollarse en varias capas sin subestimar al espectador.
Volvimos a tener fe. Su secuela de 2014, volvió a confirmar que esta historia era la gema de la factoría, más oscura, y a la vez más tierna; y el nivel de la animación, que ya había sido sublime en la primera, fue aún mejor.
Es turno ahora de "Cómo entrenar a tú dragón 3", y de entrada, ya hay un dato auspicioso, Dean DeBlois continúa en la dirección como en las dos anteriores. Nuestro héroe Hipo es ahora el líder de la isla de Berk, y lo que hace es concientizar a los pobladores acerca de la convivencia pacífica con los dragones, a los que pueden considerar sus amigos.
Por otro lado, emprende junto a los suyos la labor de liberar a otros dragones apresados por cazadores renegados y llevárselos a la isla. Como consecuencia, Berk se transforma en un blanco para todo aquel que quiera capturar dragones.
Así es como aparece Grimmel, el malvado de ocasión, que comanda a la nueva horda de cazadores, y está convencido del peligro que estos representan, y más aún la aberración de considerarlos pares. El plan de Grimmel consiste en liberar y enviar a una furia nocturna hembra, que llamarán Furia luminosa, que enamore y distraiga a Chimuelo, el fiel compañero dragón de Hipo.
Así, en Berk se iniciará un migración en busca de un utópico lugar en el que humanos y dragones puedan convivir en armonía alejados de las amenazas. Sí, Cómo entrenar a tu dragón 3, no tiene la premisa más original del mundo; y si lo piensan las dos anteriores tampoco lo tenían, el asunto es el cómo está planteado. Muchísimas veces vimos aprovechar el recurso de introducir el elemento romántico en una secuela.
Es más, tampoco es ninguna novedad que el romance comience como un engaño del villano. Sin ir más lejos, el año pasado "Hotel Transilvania 3" lo hizo. Pero mientras que en aquella fallida secuela el recurso iniciaba y se agotaba en eso, acá es sólo un disparador para ir a más, tal como sucedía en las entregas anteriores. Cómo entrenar a tú dragón 3 puede ser vista sin dificultad por los más chicos que van a disfrutar de la gran aventura, la colorida animación, y el carisma de los personajes.
Pero aquel que pueda elevarse más allá descubrirá mensajes hablando sobre el conservadurismo naciente en diferentes regiones del mundo, el asunto de las inmigraciones extranjeras, y por supuesto el tema siempre presente en la saga, el cese armamentico y la búsqueda de la paz entre “rivales”. Obviamente, la protección a los animales y al medio ambiente en general, no dejarán de estar presentes.
En esta oportunidad, el asunto del cese armamentico y pacifismo, alcanzará un nivel cercano al movimiento hippie de los años ’60, acompañado de algunas imágenes ineludibles. Quizás esa sea la respuesta al nuevo conservadurismo exterminador de las diversidades, como lo fue en aquella oportunidad.
Si bien alguno podría decir que esta nueva entrega no innova tanto como las anteriores (no las supera en calidad de animación, pero por lo menos las iguala), y recurre a algunos lugares comunes.
No podrán decir que lo que ofrece es un espectáculo minúsculo. Hay secuencias de muchísima belleza, como los rituales de apareamiento; y un ritmo que no decae y nunca opta por el camino fácil de rematar todo con chistes tontos. Los personajes tiene el carisma de siempre, y los vilanos nuevos están a la altura.
Puede ser que esta tercera entrega se recueste un poco más sobre seguro; lo lógico luego de dos entregas de muchísimo éxito y nivel; pero aun así, no descuida al producto y asegura tener mucho para dar y decir.
"Cómo entrenar a tú dragón 3" no necesita ser una secuela superadora de las dos previas para ubicarse en un nivel altísimo respecto de sus competidoras. Cuida bien el trofeo para que sigamos creyendo que esta es una de las mejores franquicias animadas de la actualidad.