Coco

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Recuérdame y viviré para siempre

Sensible, colorida, musical… Y a la vez un drama. Coco es todo eso y mucho más. Miguel Rivera vive en Santa Cecilia y solamente quiere hacer música, no le importa nada más. ¿Quién no soñó hacer algo de chico aunque esté prohibido? Para Miguel ser artista es su mayor deseo, pero su familia no se lo permite porque cree que la música los maldijo. El niño se encuentra entre la satisfacción de servir en una tradición familiar y por el otro lado su emoción de dejar esa herencia familiar de zapateros para compartir la música de su guitarra con el mundo. Es así que para parecerse a su cantante favorito, Ernesto de la Cruz, por obra de un encantamiento ingresa al mundo de los muertos, que existe gracias al culto que el pueblo tiene con sus familiares fallecidos y donde conocerá a un esqueleto vividor llamado Héctor que lo guiará en busca de su ídolo. Y es allí donde Pixar desplega todo su mundo visual: el diseño de ese universo es extraordinario. Respetando el folklore mexicano, juega con el humor, la psicodelia y la autenticidad, incluso rindiendo homenaje a Frida Kahlo y El Santo. Será en la tierra de los muertos donde Miguel aprenda a crecer a la vez que descubra a su familia.

Podrá decirse que Pixar es repetitivo con su tono sentimental (pelea con UP el mar de lágrimas que dejamos sobre la butaca), pero lo interesante de Coco, es que desnaturaliza lo macabro que puede resultarnos la muerte (sobre todo para los más pequeños) y la transforma en un carnaval constante. Incluso el tema central de la película, “Recuérdame”, por momentos se vive como un canto de alegría. “Remember Me” (en su versión original), es una canción original de Robert Lopez y Kristen Anderson-Lopez (el exitoso matrimonio detrás de la banda sonora de Frozen), y se suma a otras composiciones escritas y producidas por un equipo de compositores y consultores mexicanos. Es así que Coco mezcla una banda sonora original y una partitura inmejorable del compositor Michael Giacchino.

Dirigida por Lee Unkrich y Adrián Molina, Coco consigue el equilibrio entre la animación clásica (lo vemos por ejemplo en el perro Dante), la más innovadora (el arte de las criaturas que forman parte del mundo de los muertos) y la más desarrollada técnica (el rostro de Coco, la bisabuela). Además cuenta con un elenco de voces en versión original en el que encontramos las de los actores Benjamin Bratt y Gael García Bernal (también en su versión doblada), además de la Anthony González como Miguel.

Las escenas de Miguel con su bisabuela y las más simples de la cotidianeidad del niño de 12 años (por ejemplo cuando afina su guitarra, en una clara similitud con la escena de WALL·E frente al televisor) sin dudas nos traen las mayores lágrimas. Entre alebrijes, xoloitzcuintles, tamales y banderines, Coco es capaz de conmover a cualquier persona que la vea. Es una historia sobre la vejez, las tradiciones, el perdón y el poder de las relaciones y por qué la familia es tan importante. Recuérdame y viviré para siempre.