Coco

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Hace unos años el director Guillermo del Toro produjo para los estudios Fox una gran película de animación como fue El libro de la vida que pasó prácticamente desapercibida en los cines.
Una comedia romántica centrada en la celebración mexicana del Día de los Muertos que presentó con mucha creatividad e imaginación un retrato original de la cultura de ese país.
En Coco el estudio Pixar vuelve a trabajar la misma temática en un film más serio y emocional que robará algunas lágrimas a los espectadores.
Si bien hay numerosos puntos en común entre las dos películas, la temática de los conflictos aborda temas diferentes.
Mientras que El libro de la vida era una historia de amor centrada en un triángulo amoroso, Coco se enfoca más en los vínculos familiares y las tradiciones.
La representación de la cultura mexicana en esta película es impecable y una de las grandes virtudes de esta producción es la claridad con la que traslada el concepto de esta festividad que podría resultar extraña para el público de otros países.
La puesta en escena del mundo de los muertos y el manejo de los elementos espirituales es muy atractiva desde los aspectos visuales, donde se destacan los colores vibrantes de los detallados escenarios que ambientan la historia.
Lamentablemente Coco no pudo escaparle a gran talón de Aquiles del estudio Pixar que es el constante refrito de las trilladas fórmulas argumentales.
La aventura que en este caso emprende Miguel, el niño protagonista, vuelve a copiar un concepto que ya vimos en otros filmes del estudio numerosas veces. Algo que se convirtió en un patrón de Pixar del que los realizadores no pueden desprenderse.
Al igual que en Toy Story, Intensa-mente y otras historias, otra vez tenemos a dos personajes que unen fuerzas para llegar a un destino puntual con el objetivo de resolver un conflicto en un tiempo limitado.
Esto genera que Coco sea bastante predecible en la aventura que ofrece y el viaje del personaje principal por consiguiente resulta bastante convencional.
No obstante, los realizadores compensan esta cuestión con los aspectos emocionales de las historias que son efectivos y hacen del visionado de Coco una experiencia muy amena y entretenida.