Clementina

Crítica de Alejandro Turdó - EscribiendoCine

El hogar del trauma

Jimena Monteoliva es mejor conocida como una de las productoras del hit nacional del año 2015 Kryptonita. En el marco del 18 Buenos Aires Rojo Sangre, Monteoliva tomó el rol de directora en Clementina (2017) un relato con aroma fantástico que expone el drama de la violencia de género.

Juana es una joven atravesando los primeros meses de embarazo, pero la feliz etapa se ve opacada por los ataques de violencia que sufre a manos de su esposo, quien tras el último episodio se encuentra prófugo. Juan regresa a la casa que juntos están remodelando, y es en ese momento cuando comienza a experiementar situaciones extrañas, curiosas apariciones, ruidos en la habitación contigua y hechos de esta naturaleza, que se combinan con el momento tan particular que la protagonista se encuentra atravesando, haciéndola dudar si realmente está sucediendo o es producto de su imaginación sugestionada.

Con una mezcla de thriller sobrenatural y el drama cada vez más cotidiano de la violencia de género, Monteoliva utiliza ciertos elementos del género fantástico para exponer una problemática muy real. Ciertas similitudes estéticas y elementos que conforman el estilo narrativo recuerdan a la Iraní Under The Shadow (2016), que se pudo ver el año pasado en el Festival Internacional de Mar del Plata.

Pero promediando el segundo acto, todo elemento fantástico se anula y el relato se vuelca completamente sobre el drama doméstico, casi olvidándose de gran de parte de aquello que se venía desarrollando hasta el momento, y nos quedamos con la sensación de estar ante un film que se vende de una forma pero termina siendo de otra.

La buena construcción argumental, que todo el tiempo cuestiona la propia cordura de su protagonista y genera intriga sobre aquello que se expone, carga demasiado las tintas en el tercer acto sobre el conflicto pasional y se aleja de lo que parecía ser una propuesta más efectiva.