Cincuenta sombras más oscuras

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Lo de “apta para mayores de 16 años” es porque hay escenas de sexo. Pero están filmadas con tal estilización, humor y musicalización que no difieren, salvo porque se ven pezones, de un videoclip cualquiera en alguna señal de R&B. Lo de “más oscuras” quizás sea porque hay dos o tres escenas nocturnas más que en la primera. Con la que comparte la misma tara: el material de base es pésimo y hay que hacer milagros para levantar el muerto. Casi literalmente en esta segunda parte, firmada por James Foley no pasa nada: hay una pareja que se reencuentra, tienen algunos sinsabores que se resuelven charlando, comiendo y a la cama, algún jueguito erótico y alguna revelación trivial. Ellos –especialmente Johnson– se divierten como pueden en esta nadería monumental que, por suerte, no se toma en serio a sí misma.