Causas y consecuencias

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

Retorno al pasado setentista

Se veía venir otro alegato políticamente correcto de Robert Redford detrás de cámaras, ahora buceando entre el pasado de un grupo de extrema izquierda y un presente de ocultamientos y nuevas identidades.

Redford es Grant, tres décadas más tarde, luego de comandar el grupo Weather Underground, aquel progresismo antisistema post Woodstock, dedicado a algunas acciones ilegales como asaltar bancos o tomar rehenes. Otros compañeros, también viviendo nuevas existencias acomodadas al triunfalismo siglo XXI, serán motivo de la pesquisa periodística del joven Ben Shepard (LaBeouf), quien desea construir la investigación de su vida.
Redford cineasta compone con cierta destreza narrativa el pasado de los personajes, profundizando en sus dudas existenciales y en las razones de su accionar de tiempo atrás. Grant, por su parte, será el sujeto actuante de la historia y el hilo conductor desde el cual se conocerá la actualidad de sus ex compañeros ilegales. Son los momentos donde Causas y consecuencias deja lugar al placer de ver a buenos actores (Susan Sarandon, Nick Nolte, Brian Gleeson) en pequeños papeles, hasta que la ex compañera fiel o no del cansado Grant, interpretada por la inglesa Julie Christie, modifica el punto de vista de la película.
En esa segunda mitad del film cobran importancia el personaje del periodista y los aspectos personales de los miembros del grupo, razones por las que Causas y consecuencias se convierte en una didáctica mirada sobre las responsabilidades o no de la militancia setentista en Estados Unidos. En esos momentos, la película muestra su hilacha reaccionaria, observando de manera crítica y perezosa aquel pasado de ideales, más adelante transmutados al mea culpa y al conservadurismo de ricos y famosos. En este punto, y más allá de su solidez narrativa, el film gira hacia la investigación periodística, centrándose en la mirada del joven reportero que hasta podrá encontrar a la chica de su vida en la hija del arrepentido Grant y de su compañera de lucha militante.
En fin, otro ejemplo de film contado desde la pseudo izquierda norteamericana que termina descansando en una simple historia de amor que mira a un futuro de caminatas por el Central Park.