Caño dorado

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

"Del otro lado de la General Paz tambien es Argentina", decía Eduardo Pinto cuando presentó Caño Dorado a principios de este año en Pinamar. Estábamos en ese momento mos del otro lado de la gran autopista también, y en aquel momento se recibió bien a esta película de los suburbios oscuros de Don Torcuato.

Registro duro sobre la marginalidad que se compensa con el luminoso paseo por los riachos del Tigre, donde Panceta va en busca de algo más que de la pesca del dorado. Con un padre ausente que le enseñó el oficio de herrero y una madre devota que bordea el arquetipo de la madre sufriente, Javier (Panceta) hace "caños" (armas) baratos que les vende a los pibes de la villa "para que se defiendan". En el medio, un desaforado traficante, vendedor de articulos robados se enfrenta por la demasiado joven nieta del buffetero de la Sociedad de Fomento.

Vimos muchas películas parecidas a Caño Dorado, pero ninguna igual. En los barrios furiosos de Campusano, sin la naturalidad brutal de Vikingo o Vil Romance, Pinto tiene, al contrario, una mirada más esteticista, a su vez más externa y lejana, que muestra a su criatura en lucha por la supervivencia más que por buscar una salida. Forma tambien parte de esa mirada la música: "Ardimos" de Estelares, o "Un secreto" de Pity Alvarez-Intoxicados, o Karamelo Santo sosteniendo siempre la expresividad de las imágenes; tanto como el altar de El gauchito gil, la cumbia, o la fiesta para juntar dinero para un chiquito que perdió el ojo en un asalto.

Los dos espacios del relato de Caño dorado son bien contrastantes: la cámara Silicon imaging 2K (la misma de Slumdog Millionaire) en el destacable trabajo de fotografía de Daniel Ortega logra una imagen por momentos hiperreal que no hace otra cosa que acentuar el formalismo sonoro-visual, con encuadres cuidados y angulaciones enrarecidas a su vez que acompañan el conflicto de su personaje. Bien por otro lado Lautaro Delgado en el papel protagónico.

Pinto, conocido director de videoclips, había incursionado con cierto éxito de público pero no de crítica con Palermo Hollywood, cuenta con un film inédito Dora, la jugadora y está presentando por estos días en el MALBA y la película del Buen día, día el documental de Miguel Abuelo que ya había podido verse en BAFICI.