Caño dorado

Crítica de A. Degrossi - Cine & Medios

Sobreviviendo

Julito, alias "Panceta", trabaja en una metalúrgica de donde rescata los sobrantes de caños que luego, en la herrería montada en el fondo de la casa donde vive con su madre, convertirá en escopetas caseras mejor conocidas como "tumberas".
Es difícil la vida en el conurbano, la zona pobre de Don Torcuato donde vive "Panceta" es un reflejo de otras donde las personas están abandonadas a la buena de Dios y la voluntad de los políticos que se dignen a darles algún plan a cambio de fidelidad proselitista. "Panceta" hace la diferencia vendiendo los "fierros" a conocidos del barrio, entre ellos a "Tomca", mafioso de poca monta que no tarda en convertirse en enemigo de Julito por culpa de una mujer, o mejor dicho, de una jovencita.
El director Eduardo Pinto logra el equilibrio entre la imagen realista y una más artística, que es con la que consigue resaltar la sordidez en la que se mueven los personajes. Lo logra también gracias a la sólida interpretación de actores como Yiyo Ortiz y Lautaro Delgado, además de la siempre destacable Tina Serrano.
Otro punto a favor en este filme es la decisión por centrarse en el drama de los personajes, y sus decisiones, sin caer en discursos sociales ni exaltaciones populacheras. Con buen manejo del tempo cinematográfico, acertada dirección de actores y economía de recursos, Pinto redondea un filme que mucho tiene de cine negro, especialmente por la suerte final de sus protagonistas.