Calzones Rotos. Revancha de Mujeres

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Dirigida por el italiano Arnaldo Valsecchi y escrita junto a Valeria Vargas, Calzones rotos, revancha de mujeres, coproducción entre Chile y Argentina, gira en torno a una casona y las mujeres que viven en ella. Una muerte que se aproxima y otras tantas ocultas que, de a poco, se van revelando.
En una época cercana pero imposible de definir en alguna parte de Chile que tampoco está especificada, una casona habitada por mujeres se ve revolucionada cuando Matilde, la madre, la que está a cargo, siente que está por morir. La mujer vive con sus hijas (una adoptada por la familia cuando era bebé) que nunca se casaron y reciben la visita de sus dos nietos, uno acompañado por su pareja, una actriz norteamericana de personalidad extrovertida y llamativa.

Cuando la mujer, sintiendo que está en las últimas, se confiesa con el sacerdote le revela un secreto que guardó durante todos estos años: ella mató a su marido, no obstante, cuando fue a esconder el cadáver se encontró con que había otro, del que no tenía idea.

El film va y viene entonces entre tiempos, entre varias historias de los muchos personajes, y las tramas se van delineando. A medida que se sucede el relato uno va siendo testigo de los secretos oscuros que guarda la familia. A la larga, quedan expuestas situaciones donde la mujer desafía mandatos patriarcales y al final no tiene quizás otra alternativa que recurrir a la violencia. Sin embargo el tono de comedia hace que, más allá de lo oscuro, el relato se sienta ligero.

Se puede percibir además la sangre italiana del director en algunas de esas escenas familiares que giran en torno a la comida. Cuando se reúnen alrededor de la mesa, al aire libre, comen los calzones rotos que dan título al film, y debaten lo que está pasando, algo de lo que pasó y lo que va o puede pasar.

Hay una construcción de época muy remarcada que se termina sintiendo artificial, especialmente en los acentos exagerados. A veces se siente un poco como ver una obra de teatro mal actuada.

La coralidad del relato le juega en contra sobre todo en la primera parte donde comienza a construirse, porque hay demasiado personajes en diferentes tiempos y esto genera un poco de confusión. Una vez ya desarrollados y perfilados, el film se torna más ameno y entretenido. De todos modos así como no hay un actor o actriz que se destaque más que el resto, pasa un poco lo mismo con los personajes.