Cadáver

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Dirigida por Diederik Van Rooijen y escrita por Brian Sieve (escritor de algunos capítulos de la desapercibida serie Scream para MTV), Cadáver es una película de terror con un personaje poseído y una morgue como escenario.
Un exorcismo que sale mal y no encuentra otro final que la muerte de la poseída funciona como prólogo de Cadáver. Luego se presentará a la verdadera protagonista (Shay Mitchell), una ex policía que perdió su trabajo después de una operación fallida que terminó con un compañero muerto. Recién salida de rehabilitación, intenta volver a tener una vida normal y el trabajo que consigue le parece ideal para hacerlo: en una morgue, sola, de noche.

“Este trabajo no es para cualquiera”. Pero esa tranquilidad (una tranquilidad que al menos al espectador y a casi cualquier persona en general no deja de sonarle inquietante, no así a la protagonista, en primera instancia, quien cree que es el trabajo ideal para la situación en la que se encuentra) se ve pronto irrumpida con la llegada de un cuerpo: el de la joven Hannah Grace. La rutina propia de su nuevo trabajo ya se rompe desde el primer instante en que este cadáver llega, con el que nada funciona como lo hacía hasta ahora.

Como estamos ante una protagonista algo turbada, es fácil para ella creer que lo que ve o escucha no es real, que son fantasmas que la acechan en su cabeza.

No obstante, a partir de ese momento y después de generar un par de detalles que llaman la atención, el terror se va tornando cada vez más presente pero en una forma repetitiva, abusando de los mismos golpes de efectos. La trama intenta combinar el desarrollo psicológico de su protagonista -que además arrastra una pareja que se rompió a causa de sus problemas pero que todavía está presente-, con la propia historia de terror sobrenatural.

Aunque en principio la premisa se parezca bastante a la de la película del noruego André Øvredal, La autopsia de Jane Doe, estamos ante un film bastante menos inspirado y, por lo tanto, menos logrado. Una vez presentada la problemática, se presentan un conjunto de situaciones reiterativas que cada vez sorprenden e impactan menos. Y todo esto para llegar a una resolución apresurada y fácil.