Cadáver

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Un exorcismo en la escena inicial (una chica que “vence” a dos curas y a su propio padre hasta que este decide asfixiarla con un almohadón), una locación que sirve para casi todo el resto de la película (la morgue de un hospital de Boston), un presupuesto limitado (menos de 10 millones de dólares), una protagonista con algo de notoriedad como la canadiense Shay Mitchell (vista en series como Pretty Little Liars y You), un guión elemental, un director del montón (el holandés Diederik Van Rooijen) y... a recaudar. Apelar a lugares comunes del género, filmar rápido y aprovechar que el terror casi siempre garpa (para los productores, pero muchas veces no para los espectadores).

Mitchell es Megan Reed, una ex policía que (tras un error en un operativo) se queda sin trabajo y debe reciclarse como empleada en la apuntada morgue. Sola y de noche, su tarea (sacar fotos de los cadáveres, por ejemplo) es por demás lúgubre. En uno de los habituales deliveries nocturnos que trae la ambulancia le llega el cuerpo mutilado y quemado de la joven vista en la escena de apertura y, claro, desde entonces las cosas ya no serán tranquilas como antes.

Lo que sigue es un festival de efectos visuales para construir situaciones paranormales con el diabólico cadáver del título moviéndose por todas partes y generando el caos (y algunos sustos). En definitiva, un producto concebido a pura fórmula. Poco, muy poco como para justificar el pago de una entrada. Por suerte, en los últimos tiempos el terror nos regaló unos cuantos exponentes bastante más audaces, creativos y provocadores. A esperar, entonces, algo superador.