Brightburn: hijo de la oscuridad

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Brightburn es esa clase de películas que parecen atractivas al leer el concepto en una sinopsis, probablemente les pasó esto a los ejecutivos del estudio Sony, pero después resulta decepcionante cuando descubrimos su ejecución.
James Gunn, el director de Guardianes de la galaxia, produjo este film que contó con el guión de sus hermanos, Mark y Brian, responsables de Viaje 2: La isla misteriosa, con The Rock.
En este proyecto concibieron una deconstrucción del mito de Superman con la picardía necesaria para evitar una demanda por plagio de la compañía DC Comics y el estudio Warner.
De todos modos consiguieron incluir referencias directas a la historia del Hombre de Acero que en este caso se fusiona con el género de terror.
La idea de trabajar el origen de este famoso personaje desde una perspectiva macabra, donde asistimos en esencia al nacimiento de un supervillano sádico, tenía un potencial enorme para brindar un film interesante.
Algo que en ocasiones el director David Yarosvesky consigue establecer en su fallido relato. Muy especialmente en el primer acto.
En Brightburn lamentablemente nos encontramos con dos falencias letales que empañaron la experiencia de disfrutar una propuesta más sólida.
En principio si viste el avance ya conocés el 90 por ciento de la trama porque quemaron todos los grandes momentos en los clips promocionales. Nunca terminaré de entender por qué Sony sabotea de este modo sus propios estrenos.
No hay más escenas impactantes o giros sorpresivos y las secuencias de horror principales están todas en el trailer.
El otro inconveniente es que se siente un film incompleto.
La sensación que deja esta producción es que los realizadores les vendieron el proyecto conceptual al estudio sin tener una clara idea sobre como desarrollarían la trama.
Luego se metieron en un embrollo y cerraron el conflicto como pudieron para entregar la obra terminada.
La primera mitad del film tiene muy buenos momentos cuando se empieza a trabajar el mito oscuro de Superman y se presenta al protagonista y sus padres adoptivos.
El relato construye con éxito algunas escenas de tensión y Brandon, el falso Kal-El, consigue ser interesante.
El tema del bullying en la escuela y la sobre protección de su madre (que brinda una muy buena labor dramática de Elizabeth Banks) son elementos que nos permiten descubrir el entorno del protagonista y despiertan interés.
Ahora bien, la clave de esta historia pasaba por conocer cuáles eran los factores que convertían a un niño de otro planeta, que cuenta con enormes poderes, en un desquiciado psicópata que pone en jaque a la humanidad.
Los hermanos Gunn fallaron miserablemente en esta cuestión y de ese modo arruinaron un film que podía haber sido muy superior.
El argumento no hace nada por explorar esta idea o al menos desarrollar un poco más la cultura alienígena de donde proviene el protagonista.
De la nada Brandon, a cargo de un insulso Jakson A. Dunn, se convierte en un asesino descontrolado simplemente porque su familia extraterrestre le envía un wassup telepático para cumplir una misión determinada.
El origen del villano tiene un tratamiento mediocre y tenemos que aceptar el cambio drástico de su comportamiento porque así lo determinó la holgazanería de los guionistas.

Ante esta notable debilidad argumental la película luego se vuelve redundante.
El director Yarovesky encara el resto del relato a través del slasher clásico a través de un espectáculo predecible que en alguna ocasión roza la estupidez.
Por ejemplo, la extrema actitud ingenua de los padres antes las cosas que hace su pequeño psicópata es complicada de digerir.
La trama tiene la intención de subvertir el mito de Superman pero su ejecución resulta simplista y decepcionante, debido a que no hicieron nada notable con la fusión de géneros.
El origen del villano deja muchas incógnitas sin resolver por la sencilla razón que nunca tuvieron una idea definida sobre el cuento que deseaban narrar.
Una pena porque el concepto del film era atractivo y daba para más.
Brightburn tampoco es una película mala, funciona para entretenerse un rato y tiene un reparto decente.
Sin embargo, si eligen verla en el cine, recomiendo moderar las expectativas ya que es una propuesta que queda en el olvido con rapidez.