Border: Sentí algo hermoso

Crítica de Luciano Mezher - Visión del cine

El jueves llegó a los cines argentinos el film sueco Border de Ali Abbasi, basado en un cuento corto escrito por John Ajvide Lindqvist (Déjame entrar).
Tina trabaja en la Aduana chequeando lo que transportan los pasajeros. Tiene la particularidad de identificar a los contrabandistas gracias a su olfato, incluso si están nerviosos por algo. Un día en el trabajo conoce a Vore, un hombre que parece sospechoso pero que ella no puede percatar. Pronto siente una atracción hacia él y explora la faceta animal que los une.

Border continúa algunos elementos ya presentados en Déjame entrar, como por ejemplo la historia romántica y la marginalidad. Aunque el salvajismo es similar, en este nueva película va más lejos. La inocencia de Oskar y Eli nada tiene que ver con Tina y Vore. Estos últimos saben que no pertenecen a la humanidad, la primera acepta su lugar escondiéndose en el bosque, aunque vive la dualidad de haber sido criada por los humanos. Y, aunque no por todos, está siendo usada como una herramienta o un animal para encontrar culpables. Por el otro lado, Vore que vive apartado de la sociedad, ya conoce su cuerpo y acepta su lugar. Todos estos aspectos son reforzados mostrando animales como zorros y perros, y su lugar en el mundo natural.

A la par, se cuenta la persecución de la policía para revelar una red de pedofilia y cómo esta historia se conecta con la de Tina y Vore. Dividiendo el film en dos géneros paralelos: el romance y el policial, apoyados en un contexto fantástico. Puede que la forma de contar la historia choque al espectador más tradicional, que espera un policial clásico, pero es la correcta fusión de todos estos géneros lo que destaca a Border.

Tanto Eva Melander y Eero Milonoff hacen una increíble interpretación como Tina y Vore respectivamente. Sus cuerpos expresan todo lo que sienten en la película, apoyados por un maquillaje que les valió una nominación al Oscar en este rubro.