Bohemian Rhapsody

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Difícil poner la cabeza en frío para escribir esta crítica. Difícil no poner una playlist de Queen de fondo y dejarse llevar.
Y eso es lo que pasa con la película: te dejás llevar. Es imposible que no te succione en un gran frenesí a base de carisma pura y grandilocuencia.
Bohemian Rhapsody es una experiencia, un viaje, un festejo, y muchas otras cosas más para todos los que creemos que Queen es una de las mejores bandas de la historia de la música.
Para el resto de los mortales, podrá ser una biopic más. Pero tampoco podrán negar su atractivo.
Muchos le están criticando que se trata de una versión poco fiel a los hechos, y un tanto edulcorada.
Puede ser que haya un punto. El film no intenta ser trash con el tema del consumo de drogas ni sobre la vida de su protagonista, pero tampoco pasa por alto esto.
Hay que tener en cuenta que la banda también es productora de la cinta. Y, en parte, ellos eligieron qué historia contar.
Más allá de esta polémica, hay que juzgar al film como tal. Como el producto final que llegó a la pantalla.
Y el mismo es abrumador.
Son dos horas y cuarto que se pasan volando, con secuencias musicales (que no llegan a ser videoclips) intercaladas.
Bryan Singer hace un trabajo maravilloso a través de la dirección de fotografía de Newton Thomas Sigel, su mano derecha. Y John Ottman, su músico y montajista estrella.
Cada plano es un deleite. La narrativa es para aplaudir. Si no es el mejor trabajo de Singer a nivel visual, le pega en el palo.
La cámara es muy precisa en todo tiempo. Tanto en los detalles como en los grandes planos generales.
La recreación y puntillismo en eso impresiona. Basta con mirar algunos videos en youtube solo para darse cuenta de que hasta las gotas de transpiración son iguales.
Ahora bien, pasando tal vez a lo más importante: Rami Malek es Freddie Mercury.
El actor fue poseído por el espíritu del cantante para esta película.
Su trabajo es increíble. Cada gesto y movimiento es igual. Su carisma traspasa la pantalla. No me alcanzan los adjetivos para alagarlo. Sería un crimen que no lo nominen para el Oscar.
Y hablando de posesiones, tanto Brian May como John Decon y Roger Taylor rejuvenecieron para poder estar a punto para interpretarse a sí mismos. Sino no se entiende.
Es espectacular lo que también hicieron los actores Gwilym Lee, Joseph Mazzello y Ben Hardy, respectivamente.
El resto del elenco también brilla, pero quiero destacar a Lucy Boynton, a quien conocimos hace un par de años en la espectacular Sing Street (2016), componiendo una especie de musa para el líder de la banda de esa película. Aquí hace lo mismo pero multiplicado.
Con todo esto, cantás y te emocionás. Llorás.
Y la secuencia Live Aid… ¡Por dios! Un momento cinematográfico que quedará en la historia.
Bohemian Rhapsody es una experiencia alucinante, que te hará delirar si sos fan de Freddie Mercury y Queen.
Una joya.