Bohemian Rhapsody

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Es una apuesta arriesgada trasladar la vida del mítico Freddie Mercury y de la agrupación Queen a la pantalla grande en este relato biográfico que captura los momentos claves de la banda innovadora que dejó huella dentro del mundo de la música.

Bohemian Rhapsody llega después de diez años de negociaciones y discrepancias creativas, pero aquí está para ser disfrutada por los fans y también por el público joven que no vivió esa época. La película de Byran Singer abre y cierra con el concierto solidario Live Aid, realizado en 1985, que resultó un evento multitudinario que convocó a destacadas figuras de la música y sirvió además para reunir a la banda tras su separación.

La historia recorre la vida de Mercuyry, la relación con su familia de origen indio, de costumbres estrictas que se opinían a su estilo de vida, el ingreso como voz líder en la agrupación Smile, que integraban Brian May -Gwilym Lee- en guitarra y Roger Taylor -Ben Hardy- en batería, con el posterior ingreso de John Deacon -Joseph Mazzello, ex niño de Jurassic Park- en bajo y Mercury en voz líder para dar a a luz a Queen. 

El espíritu de Mercury dice presente en Rami Malek -se hizo conocido por la serie Mr. Robot-,el actor norteamericano que le pone el cuerpo, captando sus tics, posturas y su aire extravagante. Un divo que, como pocos, peleó contra sus propios fantasmas y rompió moldes. La película está pensada para un público amplio y presta más atención a la relación romántica y platónica que mantuvo con Mary Austin -Lucy Boynton-, que a sus aventuras homosexuales y excesos que aparecen en menor grado -el romance que inició con el mozo Jim Hutton al que luego le perdió el rastro y que reaparece cuando la enfermedad de Mercury recrudece-.

El film logra equilibrar los aspectos personajes con la explosión musical y logra emocionar en cada una de las escenas, entregando un producto que muestra el backstage de nogociaciones con los sellos musicales, ensayos, grabaciones, peleas con representantes, entre los que se mezclan los géneros que hicieron de Queen un sello inconfundible.

El vestuario estrafalario se convierte en un personaje clave dentro de la historia y de cada una de las presentaciones de la vóz líder del grupo. La excelencia de los rubros técnicos se suman a las buenas labores interpretativas de Malek y todo el elenco, haciendo del filme una fiesta para los sentidos que no defraudará a sus seguidores y a las nuevas generaciones. Es una lástima que las canciones no estén subtituladas porque inmortalizan el dolor, la creatividad y los momentos personales de esta leyenda musical.