Avengers: Endgame

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Uno sabe exactamente que va a ver cuando decide por este “género” de películas, lo esperable es pasar un rato entretenido, que esté bien contada, en el sentido de configuración de las escenas, un montaje acorde a todo esto.

Es lo mismo que sucede con el cine de animación, el género en sí mismo despliega posibilidades de manera inherente, propias. que siendo de buena factura amplifica los beneficios, siempre cuidando que el guión sea mínimamente coherente, verosímil y no derrape

Esto último es lo termina sucediendo, no tanto desde la construcción, desarrollo y progresión de los personajes (que son muchísimos), que si sucede, sino desde la estructura narrativa total y de cada uno. La mayoría de los diálogos, demasiados explicativos, banales y desde lo que puede leerse como un lavado de culpas por parte de la productora.

En este orden la inclusión de lo políticamente correcto, desde una mirada actual, es inconmensurable, al punto de agotar al espectador y extinguirse en sí mismo.

Entonces nos encontramos con que una de las variables importantes desde lo discursivo es dejar en claro que no realizan ningún tipo de discriminación, origen, raza, religión, color, sexo o elección sexual, ricos, pobres o clase media. No sólo eso, casi que ellos promulgan y promueven las diferencias casi como abanderados. El final de la película es más que elocuente en este sentido.

Otro problema que presenta el texto fílmico, cuya duración es de 181 minutos, incluidos los créditos, es que no construye un relato, sino que intenta cerrar con todo aquello que había presentado y desarrollado, a medias en las anteriores.

Por lo cual el espectador que no haya visto las predecesoras, o alguna de ellas, quedará fuera del relato, no sabrá de donde viene todo esto, las causas del estado actual.

Todo se sustenta principalmente por las actuaciones, todas, empezando por Iron Man (Robert Downey Jr) quien supo constituir y desplegar un universo propio dando lugar a que los demás continúen por un camino allanado.

En este punto cada súper héroe tiene características propias de un universo único que llevado a la generalización debería haberse amalgamado de alguna manera, pero la paleta de tonos nunca termina por integrarse como un algo aunado, luciendo desigual y trivial.

Es así que cada personaje tiene su momento de lucidez, de intimidad, hasta de pelea y sacrificio, pero no otorgado de uno a otro, sin hilación, son arrestos individuales que terminan no favoreciendo a la progresión dramática, sino que se queda en la simple exposición.

Tampoco ayuda la forma en que termina por aplicar el malvado de turno, sus elocuciones no dan cuenta de un goce en el mal, que no siente percibirlo, sino como justicia reveladora, que ni el mismo parece creerse.

Hay un abuso de referencias y autorreferencias, alguna con clara intención de distender desde lo humorístico, que no terminan por lograrlo de manera eficiente.

Por supuesto que en tanto rubros técnicos es impecable, las escenas de lucha, inmersos en el código ¨a priori¨, se muestran sumamente realistas, también posee en su haber un diseño de sonido impecable, incluyendo una banda de sonido superlativa.

Pero todo esto es demasiado poco para la idea original, como un gran momento, la historia se merecía otra clausura, siempre sabiendo que nunca habrá un final definitivo.