Avengers: Endgame

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Son tres horas de duración y un minuto. Este dato más que asustar a sus fanáticos, los moviliza y hacen bien. Este final de juego de Avengers tiene condimentos realmente emocionantes, la suficiente acción y el cierre de historias épicas como pocas veces se ha visto. Ya se sabe que en el mundo del comic todo es posible, como revivir, rejuvenecer, viajar en el tiempo, encontrarse a sí mismo en un corredor cuántico, luchar contra uno mismo en una versión distinta, elegir donde quedarse y otras fantasías que hacen soñar a los humanos comunes y corrientes con posibilidades maravillosas. Los guionistas Christopher Marcus y Stephen McFeely, con los directores Anthony Russo y Joe Russo más un gran equipo creativo le encontraron la vuelta. Todos saben que esta película es la culminación de todo el universo cinematográfico de Marvel, saben que en el film anterior Thanos destruyó la mitad del universo y desbasto la población de la tierra, los superhéroes intenta un último esfuerzo. Y cuando Ant Man aparece en el universo cuántico, se abren las posibilidades de esta gran aventura. Los realizadores se toman su tiempo para ubicar donde esta cada amado personaje, lo que les pasó y lo que les pasa, el principio para la ansiedad de los espectadores se alarga, pero cuando la acción se pone en movimiento no para y el final es, realmente a toda orquesta. Y los momentos emotivos, muy fuertes son los mejores del mundo de los comics en el cine. Preparen los pañuelos. Mas no sería justo contar, odiamos los spoliers. Como siempre Robert Downey Jr se luce poniendo el cuerpo a un personaje ideal para él. Pero Chris Evan sorprende, igual que Scarlett Johansson. Ni hablar del villano de Josh Brolin y el humor del último Thor. Pero justo es decir que cada advenger tiene su momento de gloria, para que ningún seguidor se sienta defraudado. El lanzamiento mundial es apabullante, nuestro país participa con un record de salas y la invitación a una diversión épica está al alcance de la mano, una invitación que para muchos será absolutamente irresistible.