Ausencia de mí

Crítica de Laura Pacheco Mora - CineFreaks

Tan solo una canción de paz.

Muchos fueron los artistas de América Latina que tuvieron como única salida el exilio debido al régimen de la dictadura. Melina Terribili es la directora de este valioso documental que retrata el sufrimiento que acompañó al cantante Alfredo Zitarrosa mientras estuvo lejos, quedando claro que lo único que se llevó en la valija, es su corazón, al que no lograron apagar jamás; y su voz, a la que no lograrán callar nunca.

Alfredo Zitarrosa (1936-1989), ilustre músico uruguayo y activista político, pasó por tres países durante su exilio de la dictadura en la década de 1970, precisamente en el ´76, Argentina, España y México. Ausencia de mí (2018) es un documental que revela el contenido de innumerable cantidad de cajas dejadas por él, las cuales no habían sido tocadas desde su muerte hace 30 años. Su esposa e hijas están tratando de conservar los recuerdos, las películas, la música y las grabaciones de sonido atesoradas en esas cajas para siempre. A pesar de la pena que albergó su pecho, este artista pudo regresar a su amado Uruguay al volver la democracia en 1984 y murió a los 52 años.

Melina Terribili creó este film valiéndose de un extenso y misceláneo material sonoro y fílmico que el mismo Zitarrosa dejara como documento inédito y que en su momento, quizás, funcionó como motor de descarga emocional. Esto posibilita narrar la historia de su exilio en primera persona y, en paralelo, el pasado y el presente se entrecruzan gracias a sus hijas Serena y Moriana, y su esposa Nancy, quiénes emprenden un minucioso rescate de este material, ayudadas por un equipo de archivólogos, quebrando la historia y dando por terminado al largo y doloroso período de silencio, ellas aportarán recuerdos con la finalidad de brindar luz a tanta oscuridad.

Una valiente voz que representó y representa las voces censuradas del pueblo… un padre, un esposo… un hombre simple e íntegro que amaba a su perro y a la verdad… un artista que no toleró la pobreza de su gente, de su tierra y cantó hasta el último de sus días con el alma quebrada por la injusticia generada por el hombre egoísta y débil ante el imperialismo… simplemente un hacedor de canciones, un poeta y soñador, que nos dejó como aprendizaje y legado, además de sus canciones, el utilizar el arte como herramienta para defendernos de causas que consideremos justas y siempre buscar la paz, no la guerra.