Ata tu arado a una estrella

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

Este documental de la realizadora de “Tinta roja” es un homenaje a Fernando Birri organizado a partir de dos etapas: una en 1997 mientras el mítico director rodaba una película sobre el Che y otra, más reciente, en Roma. Esas charlas y un recorrido por sus ideas, arman este emotivo filme sobre los sueños y las utopías en el cine y en la vida.

La nueva película de Carmen Guarini son en realidad dos. La primera, rodada a fines de los años ’90 y nunca concluida. Y otra, rodada más cerca en el tiempo. Se puede decir que hay una tercera, o que ATA TU ARADO A UNA ESTRELLA es el resultado de la combinación entre las otras dos y que existiría a partir del montaje y de la voz en off. De todos modos, tanto la primera como la segunda como esa tercera pata que “ata el arado” de todo a una película tratan sobre la misma persona. Y, de algún modo, podría tranquilamente titularse “Conversaciones con Fernando Birri”.

En una de las visitas al país del realizador de LOS INUNDADOS, Guarini filmó hace unos 20 años a Birri en su casa en un campo santafesino. Allí, más que entrevistarlo, lo seguía mientras el mítico director filmaba una película llamada: “El Che, ¿la muerte de una utopía?” y capturaba la intimidad del rodaje tanto como sus reflexiones sobre esa temática, la de algunos de sus entrevistados célebres (Eduardo Galeano, Ernesto Sábato, Osvaldo Bayer y otros) y la de mucha gente común a los que sorprendía con la pregunta: “¿Qué es la utopía?”. Ese backstage quedó en algún cajón de la realizadora por muchos años.

Mucho tiempo después, Guarini viaja a Roma a entrevistar a Birri, ya mucho mayor que antes pero igualmente lúcido y perspicaz. En medio, un breve recorrido por su historia pero no tanto como cineasta sino en su rol docente, como fundador de la Escuela de Cine Documental de Santa Fe y la EICTV de San Antonio de los Baños, Cuba. Así, entre material de archivo y recorrido por el también mítico Centro Sperimentale de Cinematografia de Roma donde el realizador estudió, escuchamos a Birri reflexionar sobre América Latina, el cine y lo que más le preocupaba entonces y le siguió preocupando hasta su muerte: ¿qué hace un hombre, un cineasta, sin una utopía? ¿Sin un sueño que lo lleve a querer levantarse todas las mañanas y cambiar las cosas?

El título tiene que ver con eso (el “atar el arado a una estrella” es una forma poética de hablar de los sueños que no pierden los de la clase trabajadora) pero la película también apuesta a ir más allá, retratando la intimidad y la siempre esquiva y fascinante manera de reflexionar de Birri, un hombre que por momentos puede caminar por la cuerda más tradicional del discurso latinoamericanista más clásico pero siempre encuentra maneras para ue sus reflexiones se desvíen del lugar común. Lo mismo pasa con la película, que posee una cierta desorganización narrativa que se lleva muy bien con la desarticulada manera de ser y la provocativa manera de pensar del director de TIRE DIE. La de Guarini es, también, una película que pone en discusión las utopías en el cine y en la vida pero una que también se da cuenta, en el largo tiempo presente de su realización, que figuras como las de Birri fueron, en sí mismo, utópicas. Y cerrar este homenaje seguramente es haber llegado a una conclusión de ese particular sueño por parte de la realizadora.