Annie

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Personaje huérfano de cine.

En 1982, John Huston dirigió Annie, film basado en un musical inspirado en un personaje que ya había sido llevada al cine en otras oportunidades. Este gran maestro de la historia del cine, pero también uno de los más irregulares, no logró darle a la película el tono adecuado y aunque llevó hasta la actualidad algunas de las canciones más famosas, nunca llegó a tener la popularidad de canciones como "Tomorrow".
Ahora la historia vuelve y transcurre en el presente. La huérfana adorable es usada por un político al que puede ayudar a limpiar su imagen. Los temas más famosos vuelven a aparecer, aunque adaptados a un estilo un poco más moderno. Las huerfanitas están a cargo de una tutora impresentable y disparatada.
Hacer un musical no es sencillo, hacer una comedia tampoco y hacer una película que emocione es un dilema extra. Demasiadas cosas enfrenta Annie, y le cuesta salir airosa de todas. La protagonista es muy carismática y da todo para que el film funcione, pero las modernizaciones agregan muchas escenas sin gracia, solo para regocijarse con gadgets tecnológicos y demás distracciones. Pero posiblemente el problema más grave sea la falta de timing que atraviesa todo el relato, donde las actuaciones siempre están fuera de registro y carecen de encanto. Salvo la mencionada protagonista, a los demás les cuesta mucho que sea creíble o querible lo que hacen. La palma de oro de las malas actuaciones se la lleva sin duda Cameron Diaz: está tan mal que hasta resulta piadoso dejar de mencionarla y esperar a que este trabajo pase cuanto antes al olvido.
Annie, el musical, volvió a perder otra oportunidad de ser una buena película. A juzgar por el resultado, va a pasar muchísimo tiempo antes de que alguien lo vuelva a intentar. Como ejemplo basta una canción: "It's a Hard Knock Life", que no le llega ni a la suela de los zapatos a la versión parodiada en Austin Powers: Goldmember.