Annie

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Asesinos seriales, gángsters, narcotraficantes y estafadores.
Durante 85 años Annie se enfrentó a todo tipo de criminales junto a su padrastro Daddy Warbucks en que lo representó durante más de ocho décadas uno de los grandes íconos del cómic norteamericano (ver nota).
Sin embargo, la gran mayoría de la gente conoce a la querida pelirroja por el musical de Broadway y la recordada adaptación cinematográfica de 1982 que dirigió John Huston (ver nota).
Una película que la prensa no trató bien en su momento, pero el publicó amó y convirtió en un clásico.
En 1995 se hizo la continuación para la televisión, que no fue desarrollada como un musical y estaba más en sintonía con las típicas aventuras de Annie en la historieta.
Unos años después, en 1999, Disney produjo la primera remake del film de 1982, que dirigió Rob Marshall (Chicago, En el bosque) y presentó una adaptación mucho más fiel del espectáculo teatral.
Esta segunda remake concebida por Will Smith y el músico de hip hop Jay-Z es una propuesta que distorsionó por completo todos los buenos valores que tenía Annie.
La nueva remake ya comienza mal desde la primera escena con la presentación pedante y soberbia de la protagonista, que no deja de ser un reflejo del ego inflado que tienen Jay-Z y Will Smith, quien concibió este proyecto para impulsar la carrera de su hija Willow.
La chica luego creció mientras se desarrollaba la producción y el rol se lo dieron a Quvenzhané Wallis (La niña del sur salvaje).
En la primera toma de este film se presenta a una niña pelirroja llamada Annie, quien aparece caracterizada con la vestimenta clásica del personaje del cómic. La nena casualmente es la actriz que protagonizó el musical de Broadway en los últimos años.
Annie lee una composición frente a sus compañeros de la escuela y luego hace su clásico baile de tap. Los chicos la abuchean y la desprecian por considerarla aburrida y el profesor llama al frente del salón a la nueva Annie, una niña negra que se expresa como si fuera la nieta de Malcolm X e improvisa una coreografía de percusión que parece salida de High School Musical.
Faltó que aparecieran en la escena Jay-Z y Will Smith y gritaran a la cámara, "la vieja Annie será un clásico pero es un bodrio que apesta , nuestra Annie es mucho más cool porque es negra".
Si quisieron hacer un chiste la verdad que no salió bien y la presentación de Quvenzhané Wallis resultó bastante arrogante. No hacía falta despreciar a la vieja Annie para destacar la nueva versión del personaje. Es como si Daniel Craig en Casino Royale hubiera escupido una foto de Pierce Brosnan para dejar en claro que era el nuevo Bond.
A partir de ese momento la película hay que remarla bastante, ya que como adaptación del musical es desastrosa.
La trama original se desarrollaba en los años de la Depresión y esta vez el argumento se adaptó en la actualidad.
Eso no es un problema y tampoco el hecho que Annie ahora sea negra. Podrían haber elegido una actriz coreana o mexicana y la película seguiría siendo mala por el enfoque que tuvo la historia.
La nueva versión del musical está en sintonía con las producciones descerebradas que viene ofreciendo el Disney Channel en los últimos años, donde se les quema la cabeza a los chicos con la importancia de ser famosos en el mundo del espectáculo y las redes sociales.
La bajada de línea materialista que tiene esta película es completamente irritante.
La nueva Annie ahora está más preocupada por tener seguidores en Instagram que en encontrar una familia que la quiera.
El mensaje original del musical expresaba que lo importante en la vida era ser feliz con las personas que te quieren sin importar la clase social a la que pertenecías.
En la remake producida por Smith y su esposa Jada Pinkett la gran realización en la vida pasa por tener éxito en el mundo de los negocios de Nueva York y las redes sociales.
Las dos canciones nuevas que se crearon para este film, "Opportunity" y "This City is Yours" parecen escritas por Tony Montana, donde se refuerza una y otra vez la importancia de triunfar con el único propósito de ser millonario a cualquier precio.
Tendrían que haber incluido también un tema titulado "Los pobres no tienen onda" y la hacían completa.
Por otra parte, las interpretaciones de las canciones clásicas resultaron una atrocidad con los nuevos arreglos musicales.
Uno de los mejores momentos de espectáculo de Annie tiene lugar cuando la protagonista canta "It´s a Hard Knock Life" en el orfanato. En la película de 1982 John Huston brindó una escena maravillosa.
En esta película el mismo número parece un acto escolar de primaria organizado a las apuradas.
La dirección de Will Gluck (amigos con beneficios) es muy pobre y no supo estar a la altura de lo que significaba este clásico.
Quvenzhané Wallis es una chica que tiene carisma y remó muy bien el personaje principal, pese a que no llega a destacarse como lo hicieron en el pasado Aileen Quinn (1982) y Alicia Morton (1999).
Sin embargo, algunas escenas donde no canta y se relaciona con Jamie Foxx y Rose Byrne están muy bien lograda y representan lo mejor de este film.
Foxx quedó bastante bien parado y Byrne es la figura más destacada del reparto adulto. No se puede decir lo mismo de Cameron Diaz y su infumable sobreactuación en el rol de Miss Hannigan.
Uno recuerda lo que hicieron en el pasado Carol Burnett (1982) y Kathy Bates (1999) con el mismo papel y lo de Diaz la verdad que es lamentable.
Me parece que el gran problema que tienen estas remakes horrendas que se hacen en la actualidad es que le presentan a las nuevas generaciones personajes clásicos completamente distorsionados, que poca justicia le hacen a las obras originales.
Lo único positivo de este estreno es que va a durar un par de días en cartel y dentro de unos meses quedó en el olvido.
Cuando se hable de Annie en el cine la única versión que se recordará seguirá siendo la que interpretó Aileen Quinn.