Amor urgente

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

El cuarto film de Diego Lublinsky, "Amor urgente", es un divertidísimo coming of age sobre el despertar sexual de dos adolescentes muy particulares. En medio de una filmografía fructífera en la que muchos realizadores filman de acuerdo a un esquema y moda impuesto, es para celebrar que existan realizadores tan atípicos como Diego Lublinsky.
Un creador en todos los sentidos del término. En 2007, su ópera prima "Tres minutos", lo ubicaba dentro del cine de género. Pero lejos de querer imitar el terror o la acción hollywoodense, su propuesta apostaba a una lírica muy particular, armoniosa, cercana al mejor Subiela, para nada moroso, y siempre curioso. Tres films después, "Amor urgente" ya no aborda temáticas fantásticas, aunque tampoco podemos decir que se aferra a nuestra realidad. Lublinsky es de esos directores que crearon un universo propio.
Al diablo con el MCU, esto es el LCU. Más cerca de su última película "Hortensia", que de tres minutos (aunque los correlatos entre todas sus obras son notorias), "Amor urgente" cuenta la historia de Agustina (Paula Hertzog), quien junto a su madre (Paola Barrirentos) se mudan a Resignación, pequeño pueblo del interior.
Allí, de inmediato llamará la atención de Pablo (Martín Covini), un compañero de colegio, ambos de quince años, que se sentirá atraído por su presencia. ¡Ah el amor adolescente!, ¡qué lindo es!, o no, porque en el universo Lublinsky las cosas nunca son tradicionales, y aquí la sal de "Amor urgente".
Pablo es un joven retraído, le falta bastante para avisparse y ponerse a la par de sus compañeros; y desea dar su primer paso con Agustina.
Agustina no quiere saber nada, para ella, estar de novia, tener sexo, no está en sus planes, ni jamás va a estarlo. No, no quiere ser religiosa, simplemente, rechaza todo tipo de contacto con el sexo opuesto.
¿Podrá Pablo romper con semejante barrera? No por nada el pueblo se llama Resignación.
Probablemente, la actitud de Agustina tenga que ver con un contrapuesto con su madre, una mujer extrovertida, que va de pueblo en pueblo (hasta caer en Resignación) tratando de ser una mujer independiente, pero siempre cae en los brazos de un hombre.
Una personalidad avasalladora, sexual, dueña de una casa de lencería (y también ex modelo), Su nueva presa será el intendente del pueblo (Fabián Arenillas).
Una palabra define perfectamente a "Amor urgente", simpatiquísima. Desde la primera secuencia hasta el final se ve con una sonrisa amplia, y más de una vez soltaremos la carcajada. Pero nunca apela al gag tradicional, no es una comedia típica, bordea el drama, se mete dentro de los films más intimistas, pero lo hace con un brío, una inventiva, y una chispa en los diálogos que encanta. Nuevamente el director hace una gran apuesta estética. Nos habla de una atemporalidad.
Pareciera ubicarse en las modas de los años ’50, al igual que su arquitectura, y la construcción de personajes; pero con elementos de la vida cotidiana actual, o de épocas anteriores a la nuestra, pero muy posteriores a los ’50. Covini y Hertzog son dulces y logran hacer creíbles a sus personajes tan particulares. Barrientos y Arenillas son grandes comediantes, y acá otra vez se lucen.
Quienes aquí componen a madre e hija, repiten luego de la lograda "Ciencias naturales", por lo que la conexión entre ellas es perfecta, y es un placer poder volver a verlas juntas.
En medio de ese mundo imaginario y disparatado. Con utilización de retroproyección de un modo deliberadamente notorio (hasta se ven los bordes de la pantalla escenario) y acertado. Amor urgente habla también de problemas reales. Agustina tiene claramente un comportamiento retraído, y sus compañeras, todo lo contrario, desean ser adultas antes de tiempo, y el camino fácil es el sexo y al alarde del mismo.
Desde la gracia infinita, nunca apelando al golpe ni a la bajada de línea. Lublinsky también está diciendo algo. Presentada en el marco del último BAFICI, es un placer que este tipo de películas puedan romper su marco festivalero. "Amor urgente" es una propuesta alegre, simpática, amena, inteligente, disparatada, pero a la vez coherente consigo misma. Desbordada en talento y carisma; pero sobre todo, única y particular.
La nueva película de Diego Lublinsky es una muy grata sorpresa en la cartelera local, y ya estamos ansiosos por esperar el nuevo capítulo de este universo mágico.