Amor a mares

Crítica de Susana Salerno - N3F

Una historia que cuenta con actores muy convocantes en un impactante crucero, pero su relato se hunde a los pocos minutos de zarpar.

Todo comienza presentando a un escritor de best sellers en plena crisis creativa, Javier Fink (Luciano Castro) se encuentra lleno de deudas, su casa esta tan desordenada al igual que su vida en general, su pareja lo acaba de dejar. Muy preocupado, a su agente literario Andrés (Miguel Ángel Rodríguez) se le ocurre embarcarlo en un transatlántico rumbo a Europa, no piensa seguir perdiendo dinero y aunque este no desea viajar, su agente se las ingenia para que aborde el crucero.

Una vez a bordo notamos la primera casualidad, este tiene que compartir su camarote con Larry (Gabriel “El Puma” Goity), un personaje inquieto, metido y ridículo, es evidente que no es casual que deban acompañarse. Todos los escritores necesitan un lugar donde inspirarse o una musa inspiradora, en este caso es un crucero donde a sus clientes se les ofrece diversas actividades y entretenimientos abordo para que pasen un momento agradable

Según la idea de su editor en este viaje puede encontrar miles de historias, allí habitan distintos personajes que puede utilizar en su novedad, esto se nota desde un principio. Allí viajan un matrimonio de abogados Julieta y Tomás (Paula Morales y Nacho Gadano), ellos quieren hacer negocios cada uno a su estilo con Paloma (Luisa Kulliok) es una importante empresario; por otra parte existen otras historias Analía (Agustina Cordova) amante de Tomás; otro escritor Matesutti (Pompeyo Audivert) rival de Javier; José (Germán Kraus); Ignacio (Santiago Ríos); entre otros, estos personajes algo atractivos, y con todos ellos la trama se colorea de engaños, mentiras, enredos, secretos, romances y infidelidades.

De esta forma este escritor puede escribir su próxima novela que se titula “Amor a mares”. La película es bastante previsible, y a lo largo de setenta minutos, recorre bellos lugares: Río de Janeiro (en Brasil), Málaga (España), la Isla de Malta, y Venecia (Italia). Es una pena, ya que intenta ser una buena comedia que solo queda en el intento porque tiende a aburrir, con varios gags reiterativos, con actuaciones y un guión flojos.