Amigos por siempre

Crítica de Franco Valente - Cinéfilo Serial

Cuando se trata de remakes, la vara suele estar elevada y aún más si la película original es de primera calidad. Este es el caso del film francés “Amigos Intocables”, lanzado en 2011, que ya tuvo su versión argentina titulada “Inseparables” en el 2016. En cuanto a “Amigos por siempre”, Neil Burger nos trae una visión sumamente hollywoodense de aquel producto europeo, con un cast de alto vuelo: Bryan Cranston, Nicole Kidman y Kevin Hart. A su vez, fue escrito por John Hartmere.

Phillip (Cranston) es un hombre de negocios multimillonario que sufrió un accidente al andar en parapente. Como consecuencia, quedó cuadripléjico, pudiendo sólo mover desde el cuello para arriba. Entonces, con ayuda de su asistente personal Yvonne (Kidman), buscan contratar a un auxiliar médico que lo ayudase al hombre en sus tareas cotidianas. Así es como llegan a conocer a Dell (Hart), una persona antagónica en relación con el nivel de vida que mantiene Phillip y su entorno.

Al conocer la cinta original, es difícil evaluar sus remakes, ya que está lograda con tal nivel que alcanzarlo suena como una misión imposible. Ahí es donde falla esta película: si bien tiene partes nuevas en la trama, quizás no consigue el mismo efecto que genera la primera. A su vez, da la sensación de que la historia está apurada porque no se detiene para desarrollar ninguna relación periférica a la de Phillip y Dell, aspecto bien atacado en la francesa. Sin embargo, un punto a favor es la modernización de la escenografía, pero no se podía esperar menos.

Las actuaciones hacen que este film valga la pena. Aunque la química generada entre Cranston y Hart es notoria, no logra cautivar como la dupla original. A pesar de esto, ambos se desempeñan muy bien en sus roles, siendo Hart el que nos da los momentos de comedia (y qué esperar de un actor con trayectoria humorística, ¿no?). Es Nicole Kidman quien descolla, pero no alcanza. Su personaje serio y anticuado crece y evoluciona a medida que la película avanza.

“Amigos por siempre” es un buen film de Neil Burger y no pasa de eso. Hay cuestiones en la trama que, en comparación con la película original, no convencen, pero no sólo las actuaciones están aprobadas, sino que la dirección de Burger también. Sin embargo, el intento de modernización de la idea francesa es el error que comete porque, sin dudas, eso le trajo más complicaciones que aciertos. Este es un remake que no está a la altura de las circunstancias.