Amantes por un día

Crítica de Alejandra Sarasqueta - La Entrada al Cine

El amor en fuga

Como una oda a la Nouvelle Vague, llega Amantes por un día, un film pequeño, de aspiraciones discretas pero excelente resultado.

¿De qué se trata Amantes por un día?
Una joven de 23 años (Esther Garrel) rompe con su novio y regresa a la casa de su padre (Éric Caravaca). Allí descubrirá que él está en pareja con una chica de sus misma edad (Louise Chevillotte).
El amor, el compromiso, la fidelidad y la libertad serán puestos en jaque tras varios días de convivencia.

Sobre Amantes por un día
Algunas películas provocan explayarse. Con Amantes por un día lo primero que viene a la cabeza -y que resume bien la cuestión- es decir que es una una película muy Nouvelle Vague. No porque sea en blanco y negro y hablada en francés, evidentemente (aunque eso le suma), sino por el tema y la forma de abordarlo.

Amantes por un día es una película muy François Truffaut. Eso de mostrar el microconflicto romántico, el amor como un algo inexplicable, con ribetes morales vagos y una cierta libertad que actúa antes de cuestionarse, es muy propio del cine de la Nouvelle Vague, pero sobre todo de Truffaut. La atmósfera remite a las clásicas películas de Antoine Doinel adulto u otras como Jules et Jim.

Así, sin mayores pretensiones, el director Philippe Garrel entrega esta pequeña película sobre las relaciones de pareja. Un pequeño hallazgo en medio de una cartelera copada por la grandilocuencia, los efectos especiales y los presupuestos millonarios. Una dosis de arte, una mirada a la vida cotidiana como quien espía por una cerradura. Lo impredecible, no como sorpresivo sino como ambiguo. De eso va Amantes por un día, un film bien hecho, bien contado y con excelentes acuaciones. Ideal para los amantes del cine arte con historia.

Puntaje: 8/10

Título original: L’amant d’un jour
Duración: 75 minutos
País: Francia
Año: 2017