Battle Angel: La última guerrera

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

“Battle Angel” marca la incursión de Robert Rodríguez en un tipo de cine que hasta ahora le resultó ajeno: el del relato logrado casi en su totalidad con imágenes digitales. También es el segundo basado en un cómic luego de “Sin City”. El pulso del director de “Desperado” se puede ver en el ritmo de la narración, el gusto por lo fantástico y los personajes femeninos fuertes de esta historia inspirada en un cómic japonés. Esta vez no se trata de vampiros (“Abierto hasta el amanecer”) o zombies (“Planet terror”), sino de cíborgs.

   Ese es el caso de Alita. Su cabeza y su torso son tirados desde la ciudad flotante de Salem a un basural de Ciudad de Hierro, el único lugar habitado de la Tierra después de una guerra que devastó el planeta hace 300 años. Un médico (Christoph Waltz) especialista en reparar cíborgs, encuentra los restos de Alita (Rosa Salazar) y los restaura.

   Esta distopía es ideal para personajes femeninos poderosos, como los de “Machete Kills”, y el guión de James Cameron incluye un romance. Así, Alita pasa de ser una adolescente vulnerable a una heroína capaz de llorar por amor como de enfrentar a los monstruos más letales para defender a su amado. La omnipresente tecnología de captura de imagen y el diseño de producción hace que los personajes de Waltz y Salazar y sus buenas actuaciones terminen siendo accesorios de una película que en el último minuto promete una segunda entrega.