Alicia

Crítica de Gimena Meilinger - Cuatro Bastardos

Alicia: Confusión y dolor ante la muerte de una madre.
Se estrena el primer largometraje de ficción de Alejandro Rath, protagonizado por Leonor Manso y Martín Vega. ¿Qué hacemos ante la inminente muerte de la madre? ¿A qué nos aferramos cuando ya no queda nada?
Frente a una situación tan dura como la muerte, inevitable es que se revuelvan convicciones que parecían firmes y se busquen alternativas para poder creer en algo que le dé sentido a esa vivencia.
La película, primer ficción dirigida por Alejandro Rath y producida por Protón Cine, Puente Films y Zebra, comienza con un estilo documental en el que se muestra un acto del 1° de mayo por parte del Partido Obrero, donde una voz en off recuerda a los mártires de Chicago. Ahí, en la multitud, se encuentra Jotta (Martín Vega), que debe salir de la manifestación por un llamado del fletero. Hablan de la mudanza programada de la casa que fue de Alicia (Leonor Manso). Jotta la pospone porque aun no pudo tocar ninguna de las pertenencias de su madre.
Jotta está desarmando la casa de Alicia, su madre, fallecida luego de la larga agonía del cáncer. La desolación que deja la muerte de un ser querido deja un agujero imposible de llenar. Jottta recuerda la lucha para que ella pudiera morir con dignidad en su cama y no en un hospital, acompañado por la enfermera. Alicia es plenamente consciente de su inminente final y lo vive como un momento más del camino a transitar; por el contrario, Jotta no llega a comprender ese calvario que la vida le pone delante. La cinta reflexiona sobre el derecho a la muerte digna, rodeado de afectos y pertenencias, de amor. Que el protagonista pueda haber anticipado la muerte de su madre, le hace comenzar el duelo aun antes del fallecimiento, aunque esto no signifique comprenderlo, por lo que también se muestra su paso por varias religiones para encontrar respuestas al inagotable dolor. En la iglesia evangelista, Jotta recuerda un film de Nanni Moretti que vieran juntos hace tiempo, cuando ese lugar era un cine. Con ese recuerdo, se permite cerrar el ciclo y comprender que todo lo vivido lo hizo crecer.
Alejandro Rath estrenó en 2013 ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?, documental que supo ganar varios premios. Este es su primer largometraje de ficción y actualmente está filmando “Manifiesto”, su segundo documental.
El mismo director fue quien vivió esta triste historia, que sirvió para escribir el guion. Un tiempo antes del fallecimiento de su madre, Rath comenzó a pensar en la muerte, la no existencia, los recuerdos, lo que queda cuanto todo se apaga. Las inseguridades y miedos de Jotta son los del propio director, que realizó un film sobre estos temas tan trascendentales sin llegar a los golpes bajos mostrando la búsqueda de respuestas, la confusión en cuanto a las diferentes creencias para alivianar el sufrimiento del que acompaña y ve al otro morir.
Protagonizan Martín Vega como Jotta y, literalmente, una familia de actores: Leonor Manso, Patricio Contreras (pareja de separados en la vida real y en el film) y Paloma Contreras, la hija de ambos, con una sólida actuación. El elenco lo completan Iván Moschner, Silvia Geijo, Sergio Villamil, Pedro Roth y el Pastor Giménez. Manso, como la madre militante y moribunda que, a pesar del dolor físico, transita sus últimos días irascible por su vecina de cama del hospital.
La fotografía lúgubre hace mayor la tristeza de los lugares en los que suceden los actos. La casa donde todo debe ser embalado, el hospital con sus luces intermitentes y frías.
Contada de una manera sencilla, toca temas muy profundos como es la agonía de un familiar por enfermedad terminal, el intentar encontrar a qué aferrarse cuando ya no queda fe alguna, y el peor de los desenlaces, la muerte per se. Luego, aparece la acción de “vaciar” la casa como acto final de amar, “llenando” su mente de recuerdos.
La cinta se vale de ciertos recursos que la hacen recomendable: el hecho de ver a la familia Manso – Contreras trabajando juntos en la pantalla grande; los flashbacks entre el presente de la mudanza y los recuerdos con su madre; la mezcla entre el drama, la comedia, lo onírico y esa raíz documental del director al mostrar las falencias del hospital público, la marcha del partido obrero y las reuniones religiosas.
La película cuenta un tema delicado, poniéndole un toque de humor o fantasía onírica de a ratos, sin banalizar en ningún momento, lo que quita solemnidad a lo desgarrador del relato. Como la comparación de Pasolini sobre la vida y el cine: “la muerte, en tanto última acción, es la encargada de darle sentido a nuestra vida así como el final de una película le dará sentido al film”.