Algunas chicas

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Lo que ellas quieren

El film arranca con la llegada de Celina, una cirujana porteña en plena crisis matrimonial, a la casa de campo -ubicada en una zona boscosa- de una vieja amiga de los tiempos universitarios a quien hace mucho que no ve. Más allá de sus propios traumas, secretos y miserias íntimas, se encontrará allí con un contexto también bastante desolador, ya que Paula, la hijastra adolescente de su amiga, sufre una profunda angustia y viene incluso de un intento de suicidio. El panorama se completa con la aparición en la zona de dos compinches de Paula: la mística Nené y la cínica María. Todas ellas conformarán una suerte de clan disfuncional y perturbador (iniciarán prácticas de tiro y compartirán miedos, angustias y tensiones).

Thriller psicológico con irrupciones melodramáticas, terroríficas y lleno de climas oníricos (por momentos pesadillescos), Algunas chicas es una película de atmósferas surreales sobre estados de ánimo y códigos femeninos con personajes que atraviesan situaciones emocionales bastante extremas. Gracias al aporte de sus talentosas actrices, de su virtuoso director de fotografía (Fernando Lockett) y a las búsquedas narrativas (con mucho de experimentación) de Palavecino el resultado es en muchos pasajes fascinante.

Basada en Entre mujeres solas, de Cesare Pavese (obra que sirvió como germen para el largo proceso de ensayos previos del director con las actrices Cecilia Rainero, Agostina Lopez, Agustina Muñoz y Ailín Salas), la película indaga desde una mirada masculina en las frustraciones y estados por momentos casi depresivos de estas mujeres (los hombres quedan restringidos a papeles secundarios que interpretan, por ejemplo, Germán de Silva, Alan Pauls y Edgardo Cozarinsky). Un film inquietante, fantasmagórico, que plantea más preguntas que respuestas, y que -en ese proceso exploratorio, de búsqueda- nos sumerge en la oscuridad (interna y externa) de sus personajes y del lugar.