Algo celosa

Crítica de Guillo Teg - El rincón del cinéfilo

Sino fuese por la innumerable cantidad de sutilezas y matices que tiene “Algo Celosa”, tanto en su realización como en el trabajo actoral de su protagonista, el rasgo principal de este estreno en un análisis superficial lo describiría igual que ese libro de compilación de frases hechas y obvias llamado “Gente tóxica”. Será la disponibilidad del espectador para dejarse llevar el factor primordial para poder ver un poco más allá.

Nathalie (estupenda Karin Viard) está pasando por un momento extraño a sus cincuenta años, extraño e irritantemente contradictorio. Se ve en la mujer que siempre fue, pero ahora alterada por una serie de malas reacciones frente a sus seres allegados. La presentación del personaje por parte de los guionistas y directores David Foenkinos y Stéphane Foenkinos, está repleta de situaciones que convergen en lo mismo porque la mujer que todavía no puede aceptar su condición de divorciada, vive con su hija adolescente y de prominente carrera como bailarina. Luego de una discusión realmente intrascendente, un cachetazo a su hija inicia una serie de exabruptos que van desde la forma de contarle a su amiga que el esposo anda con otra al maltrato de una colega en el colegio donde trabaja por miedo a ser opacada. Por supuesto, anda del bonete con su ex y su nueva novia joven y bella. La cita con el médico hace evidente el cambio hormonal por el cual está pasando, pero el guión no lleva esa circunstancia al frente, al contrario, la deja en “baño maría” para que simplemente funcione como caldo de cultivo de sus actos.

En tiempos en los cuales las terminologías están todas cuestionadas, desmenuzadas, y pasan por un a veces muy forzado proceso de redefinición, los realizadores galos optan por acaso uno de los más viejos estados emocionales del ser humano: celos. Lo llaman por su nombre y lo expresan con esa simpleza. Nathalie está celosa, de todos y todas las que la rodean, está celosa, sin tal vez llegar a la envidia o al resentimiento, pero en definitiva es su estado actual.

El relato, de progresión narrativa clásica se encarga de contarnos el derrotero emocional que nuestra protagonista debe atravesar para ver si puede aprender algo de todo esto, sobre todo de sí misma. En este sentido es clara la necesidad de una actriz que pueda darle a sus expresiones la emocionalidad contenedora de su dolor y por eso cada decisión gestual y corporal de Karin Viard va en ayuda vital para la construcción de la curva dramática de su personaje. Sin dudas uno de los destacables trabajos de esta temporada.

“Algo celosa” es una comedia agridulce sobre los celos, aun cuando estos están potenciados por un importante cambio de etapa en la vida de la mujer. Ni el guión, ni la dirección ni el trabajo del elenco escapa a esa sencillez y por el alejamiento ex profeso de la corrección terminológica de moda es que sale ganando por varios cuerpos a esos lugares comunes a los cuales suele recurrir este género