A oscuras

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Dirigida por Victoria Chaya Miranda y escrita por Carla Scatarelli junto a un equipo conformado en su mayoría por mujeres, “A oscuras” es un drama que retrata la soledad que se puede encontrar en la multitudinaria noche porteña.
La directora que en su previa película “Eso que llaman amor” se disponía a contar tres historias que giraban en torno a este sentimiento, ahora opta por otro trío de líneas argumentales pero más oscuras, con tres personajes solos –aunque a veces estén acompañados, están solos- que deambulan por la noche de Buenos Aires.
Un muchacho (Francisco Bass, con quizás la menos desarrollada de las líneas argumentales) que maneja un bar de noche pero cuyo mayor negocio y adicción son las drogas, que de a poco se van apoderando de su vida.
Una joven (Guadalupe Docampo) con sueños frustrados de bailarina que trabaja bailando pero en un boliche, frente a ojos de hombres que le arrojan billetes, a la vez que está en pareja con un hombre que la usa hasta el punto de arrastrarla a la prostitución.
Y por último, una actriz (Esther Goris, a quien todavía se la puede ver en cartelera con “One Shot”) que supo conocer sus momentos de gloria y hoy mezcla alcohol y pastillas para poder dormir e intenta llevar adelante una obra de teatro que apenas tiene público.
Alrededor de estos personajes hay algunos más secundarios, destacándose el de Arturo Bonín, que será también el que mejor sepa conectarse, así sea sólo durante un momento, con cada una de las tres líneas argumentales principales.
Si bien la premisa puede sonar en un principio similar a la de "La Noche", esa pequeña gran película de Edgardo Castro, ésta no transmite estas sórdidas historias con tanta crudeza.
Al contrario, hay además una estilización en la imagen y especialmente en el sonido que le restan algo de fuerza. No obstante se encuentra algo interesante en eso de que a veces ese lugar que parece seguro y cómodo, la casa, la cama, es a simple vista luminoso y blanco y sin embargo no hace más que generar frialdad. Como si quizás la noche no fuese tan mala en sí misma, sino en lo que hacemos con y en ella.
A la larga estamos ante la historia de tres personajes cuya única salida para poder seguir avanzando parece ser la de tocar fondo. Aunque presenta personajes interesantes (uno solo de los tres queda un poco desdibujado y es el protagonista masculino), algunas escenas parecen un poco forzadas por el guion, mas no por las performances de sus actores que cada uno logra desempeñarse de notable manera.
De todos modos estamos ante una película pequeña que expone diferentes temáticas actuales sin necesidad de apuntar ni a la denuncia ni a las ideas subrayadas, dejando que sus historias hablen por sí misma.
Como plus hay que destacar el trabajo con la música de Lula Bertoldi, aunque por momentos peca de imprimir un tono clipero a ciertas escenas.