12 horas para sobrevivir: El Inicio

Crítica de Rolando Gallego - EscribiendoCine

Matar por dinero

Aprovechando el éxito de la franquicia, 12 Horas para sobrevivir: El inicio (The First Purge, 2018) explora el origen de la purga -disparador narrativo de cada una de las películas- con elementos cercanos al soporte televisivo para detallar, de manera muy superficial, algunas ideas presentes en las entregas anteriores.

El experimento político y social, que tiene como eje la liberación del deseo de matar durante las horas que indica el título, es desarrollado en esta oportunidad, con fines psicológicos. Hay un personaje que se presenta como guía del relato, un asesino que necesita matar para sentirse vivo. Idea que choca con el leit motiv de la saga, cuando la verdadera función de la purga no era otra que acabar con las minorías, extranjeros y todo aquel que no se condice con el espíritu del americano promedio que habita el país.

La saga fue tomando fuerza y reconocimiento popular, cuando las películas traccionaron elementos de la realidad, como en la última 12 horas para sobrevir: El año de la elección (The Purge 3: Election Year, 2016) que coincidió su estreno con las elecciones en Estados Unidos y la llegada de Donald Trump al poder.

A diferencia de sus predecesoras, 12 Horas para sobrevivir: El inicio resiente el relato de una manera notable, al dibujar a los personajes de una manera exagerada y evidente, sumado a la incorporación de un líder mafioso que digita los pasos de los individuos a fuerza de drogas y armas. El sustento ideológico del porqué sumarse a la purga se disuelve, intentando explicar que la falta de dinero es el principal motivo elegido por la mayoría para justificar su accionar.

El conflicto moral también se debilita, y sólo en la figura de una psicológa (Marisa Tomei) que impulsó gubernamentalmente la acción, se presenta la doble cara de aquellos que participan ideológicamente de la purga pero sin profundizar mucho más.

12 Horas para sobrevivir: El inicio se aleja de la distopía para centrarse en la actualidad y, a pesar de ser ficción, su dolorosa semejanza con la realidad la convierten en una propuesta menor dentro de la saga, pero aun así, válida.