007 Spectre

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Completando el rompecabezas

Un mensaje críptico, proveniente del pasado, embarca a James Bond en una misión solitaria a la ciudad de México y eventualmente a Roma, donde descubre la existencia de una siniestra organización. Es un gran filme de acción, que entretiene a pesar de los lugares comunes que recorre y de los que desea escapar.

Fiesta del Día de los Muertos en México. Un enmascarado Bond (Daniel Craig) deja a una hermosa morocha esperando por él en su habitación, porque el deber llama, y va a una terraza a matar a un mafioso. La charla entre su blanco y su secuaz lo distrae y lo que debía ser un trabajo limpio, se transforma en una persecución callejera entre miles de personas y luego, por el aire, peleando a muerte con un helicóptero, estrepitándose descontroladamente a tierra.

Si bien podría ser el final de la historia, la secuencia de acción es la apertura de “Spectre”, filme en el que reaparecen villanos del pasado y que continúa la historia que comenzó a contarse, con la excusa de la franquicia de espías, en “Quantum of Solace” y “Skyfall”. Estas dos son la primera y segunda parte de una trilogía, que parece cerrar con “Spectre”. James Bond decide responder al llamado de su antigua y fallecida jefa M, sin hacer muchas preguntas, tras recibir el mensaje de que debía eliminar un mal potencial. Tras ser suspendido porque nada tenía que hacer en México, el agente secreto decide volver a la acción y viaja a Roma, para infiltrarse en una reunión que sirve de reencuentro fugaz con alguien de su pasado, el gran enemigo a vencer, Oberhauser (Christoph Waltz). Siendo un perseguidor perseguido, Bond viaja al frío a ver a Mr. White, viejo conocido de “Quantum of Solace”, que, en su lecho de muerte, le dará una pista para llegar a conocer el plan de esta nueva -clásica en la saga Bond- organización: su bella hija, Madeleine Swann (Léa Seydoux), será la pieza que lo lleve a la verdad.

Una vuelta más

La historia se hace más larga por la aparición de un subvillano, que viene del lado de los buenos: Max Denbigh (Andrew Scott), es el nuevo director del Centro para la Seguridad Nacional, y planea cerrar el MI6, por creerlo obsoleto y reemplazar su trabajo de campo por drones. “Una licencia para matar es también una licencia para no matar”, debe explicarle a Denbigh el jefe de Bond, M (Ralph Fiennes), antes de ser desplazado de su cargo, intentando mostrar lo imprescindible que es el héroe James, a pesar de toda la tecnología y nuevas estrategias que emerjan.

Sin mucho sentido, ver el largometraje sin pasar por las dos anteriores de la franquicia, “Spectre” se erige como un gran filme de acción, que entretiene a pesar de los lugares comunes que recorre y de los que desea escapar (el clishé está, quieran o no). El agente británico inoxidable, un poco más sociable y tan repetitivo como confiable, lo hizo de nuevo.