Otras relaciones peligrosas Drama casi rural por la fuerza desatada, "La tercera orilla" es la nueva película de Celina Murga, que con "Una semana solos" nos introdujo en el mundo de la infancia y la adolescencia, mientras que en ésta vuelve al microcosmos provinciano de "Ana y los otros". En el patio de una casa de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, unos chicos juegan en una casa. El mayor es Nicolás (Alián Devetac) parece ser el guardián de los más pequeños. Llama la atención sus silencios, su mirada inquisidora, su condición de testigo. A través de él el espectador va visualizando los hechos que vendrán después. La atención para con la hermana Andrea (Irina Wetzel), el seguimiento de Jorge (Daniel Veronese), el padre. Ese pater familiae, autoritario, serio, que maneja a la mujer, a los chicos, lo que se hará, o lo que se hizo. Nicolás parece acumular tensión, quién sabe si miedo, o rabia ante esa fuerza masculina a la que él deberá tratar de imitar o rendirse. ¿Por qué lo observa escondido cuando recorre solo la casa?. Qué es lo que quiere, tapado por los muebles, sin que lo alcance su mandato o sus órdenes. Y por qué la madre Nilda (Gaby Ferrero) llora sin que el hombrote la vea, o se encierra con él, ahí sí, sin vueltas, segura del poder temporario del cuerpo. EL SEÑOR MACIZO Con Nicolás descubrimos que nada escapa al señor macizo y fuerte que es su padre, médico de pueblo, señor de la vida y la muerte en el hospitalito pueblerino. Y también conocemos a esa otra mujer joven y delgada, que parece triste y de luto, con el hijo al lado, que lo saludan como avergonzados. Nada se dicen cuando padre e hijo hablan, mejor dicho cuando el padre habla y decide lo que Nicolás va a hacer mientras él esté de vacaciones, porque él se va de vacaciones y ellos se quedan. Quién sabe si esa mujer tristona y su hijo no se van con él. Nicolás se quiere hacer a la idea de que tiene que ser médico, que debe mandar a los peones con la mano dura, que no es la suya y que el hombre aconseja y que debe someter a la mujer del tugurio al que lo lleva el padre, porque él se lo impone. COMO UN VOLCAN El muchacho es un volcán. Una masa en ebullición. Su adolescencia y esa fogata que las presiones alimentan seguramente no van a ser buenas consejeras. Drama casi rural por la fuerza desatada, "La tercera orilla" es la nueva película de Celina Murga, que con "Una semana solos" nos introdujo en el mundo de la infancia y la adolescencia, mientras que en ésta vuelve al microcosmos provinciano de "Ana y los otros", donde la hipocresía, el autoritarismo, la doble vida no tienen oportunidad de ocultarse como en la ciudad y es la comidilla de vecinos y parientes. La personalidad de Nicolás está bien presentada y su tensión y agresividad solapada tienen dos momentos límites, el karaoke con la hermana, donde se muestra desatado y feliz y el final que no describimos por razones obvias. Muy buenas las actuaciones de Daniel Veronese como Jorge, el padre y Gaby Ferrero en el papel de Nilda, la madre. La hermana adolescente es Irina Wetzel. En cuanto a Alián Devetac, aporta un rostro singular a su papel de Nicolás y se revela como un actor con futuro en el cine.
Un terror no muy convincente Una pareja joven que vive con una cámara en mano, como para no perderse de registrar nada de lo que sucede en sus vidas, protagoniza este filme. Enamoramientos, viajes, fiestas, todo está filmado. Ella se llama Samantha McCall (Allison Miller), él es Zach McCall (Zach Gilford), ambos deciden casarse e irse de luna de miel. La elección recae en República Dominicana y ahí empiezan los problemas. Una noche de locura en un bar decadente al que los conduce solícito un taxista y de la que ninguno recuerda demasiado. La vuelta y el anuncio del embarazo y a partir de ese momento a los pobres McCall se les termina la tranquilidad. CURIOSA AFICCION La angustia de Allison, sus brutales reacciones ante el pobre esposo dispuesto a complacerla y la inexplicable afición a la carne cruda y más aún, a la carne de animales recién cazados (escena del parque con el ciervo), hacen sospechar de que algo extraño ocurre. El caso es que hay algo que une a esta Allison y a la Rosemary (que personificara Mia Farrow) de la conocida película de Roman Polanski, lo mal que la pasa durante el embarazo, el gusto por la carne cruda y los cambios de carácter. Además pensemos que el final es casi el mismo sin la magia de un gran cineasta como Polanski. CASI SIN ALIENTO "Heredero del diablo" pudo haber sido mejor. Mientras su honroso antecedente "El bebé de Rosmary" tiene detrás la estupenda novela de Ira Levin, este guión se queda sin aliento a la mitad de la película. Desde que la chica se embaraza, lo repetitivo se vuelve costumbre y nada nuevo parece suceder. Uno se pregunta cuando ve una y otra vez al modelo dominicano Roger Payano como taxista y enviado del diablo, por qué el embarazo satánico se gesta en un país latinoamericano y esa suerte de padrino es enviado a Estados Unidos para asistir al futuro nacimiento. Dudas de países periféricos. "Heredero del diablo" abusa de la técnica de cámara en mano, herencia de la recordada "El proyecto Blair Witch". Tiene momentos interesantes, la escena del supermercado, la de la ceremonia de comunión de las niñas y algunas en el interior de la casa. A la vez que muy bella y aireada, es la imagen lejana del edificio Dakota, donde se filmó la película de Polanski. En síntesis, es una película sólo para adolescentes aficionados al género y poco exigentes.
Aquella bohemia que aún conmueve Es un filme diferente, con un gran actor y cantante guatemalteco, estudiante en Julliard, de nombre Oscar Isaac, que recuerda pasajes de "El perseguidor", de Julio Cortázar y aspira con su música a ser inmortal. Si usted quiere conocer el mundo de la bohemia sesentista, ese de los "60 en Nueva York, tiene que ver esta película de los hermanos Coen. Está todo. Y es uno de los más bellos filmes de la dupla, con lo mejor en cuanto a música folk y actores. Se supone que hay un "perdedor" que es Llewyn Davis (Oscar Isaac), ese chico que canta lo que quiere y como quiere, no acepta consejos, vive en cuartos ajenos, dejando algún hijo por el camino, mientras la vida le pasa por encima y los gatos parecen ser su karma en distintos domicilios. VISITA AL PADRE Llewyn parece no reconocer familia, ni amos, ni señores, aunque la emocional escena de la visita al padre lo desmiente. Sin embargo, cuando su hermana le aconseja que siente cabeza y deje la música, la respuesta de Davis es como un libro abierto: abre los ojos, azorado y se pregunta en voz alta si sólo alcanza con existir y nada más. Inspirada en la figura de Dave Van Ronk, folk puro de la época, gurú espiritual de Bob Dylan, Joni Mitchell y tantos, la figura de este bohemio folk emociona. Con él somos testigos de esas bohemias pasadas de casa en casa, de encontrar personajes siempre dispuestos a dar y recibir a la gente más esotérica del mundo, con la misma naturalidad que dar de comer a un perro. Llewyn Davis cafetea con su guitarra en innominados bares de barrio y es el rey por una noche, pero quien sabe, añora ese otro pasado al que aspiró cuando formaba duetto con el chico que se mató inesperadamente una noche del pasado, dejándolo solo. DE TERCIOPELO La película tiene un tono aterciopelado en blanco y negro con una fotografía notable de Bruno Delbonnel. Todo el filme es un original paño de terciopelo en imágenes, en sonido, en canciones. Y se puede disfrutar de Carey Mulligan, que hace de la Jean del dúo de chicos lindos cantores, siempre contratados porque todos sueñan con hacer el amor con ella; de John Goodman en ese compañero de ruta de Llewyn que parece un villano y sin embargo se cae a pedazos en los baños de cualquier estación de servicio; o F. Murray Abraham que pasó de aquel Salieri de la recordada "Amadeus", a otro magnate de la música, Bud Grossman ante el que Llewyn da su prueba. "Balada de un hombre común" es un filme diferente, con un gran actor y cantante guatemalteco, estudiante en Julliard, de nombre Oscar Isaac, que recuerda pasajes de "El perseguidor", de Julio Cortázar y aspira con su música a ser inmortal. A éste hay que mencionar a un músico y actor, como Justin Timberlake, en el personaje de Jim, la pareja de Jean (Carey Mulligan).
Una arriesgada mujer policía La película mezcla elementos policiales y fantásticos en un formato de cine negro, que abunda en elementos esotéricos y mezcla las historias de los protagonistas, con creencias, prejuicios, hipocresías y efectos especiales que favorecen la creación de un ámbito especialmente onírico. La historia está contada desde la perspectiva de Alba Aiello (Agustina Lecouna) una mujer policía que relata los misteriosos crímenes que tienen lugar en un pueblo chico. Dos personas, integrantes de una conocida familia de la zona, la de Ocampo, aparecen muertos por combustión espontánea. O sea que la incineración se produjo sin motivos externos. A esto se suma la "aparición" de una suerte de silueta de la Virgen María que habría surgido en el momento del desastre. Presionada por las autoridades superiores, que necesitan encontrar un culpable, Alba Aiello (Agustina Lecouna), la joven policía, con su compañero Fidel, inician la investigación, que se ve complicada con la llegada de un extraño chico acompañado de su padre, que ante el contacto con fotos, es capaz de contar visiones de lo ocurrido. RARA APARICION Alba, que no cree en nada paranormal, no solo intenta alejarse del chico, llamado el Mago (Tomas Carullo-Lizzio), también se ve obligada a enfrentar las opiniones religiosas del sacerdote del pueblo, que trata de explicar y destacar la posición de oración, en que se encuentra a los cuerpos incinerados, la que termina asociando con la supuesta aparición de la Virgen María. "La segunda muerte" es el primer filme de Santiago Fernández Calvete, un hombre de cine con actividades relacionadas con el guión, la producción y la asistencia de dirección. La película mezcla elementos policiales y fantásticos en un formato de cine negro, que abunda en elementos esotéricos y mezcla las historias de los protagonistas, con creencias, prejuicios, hipocresías y efectos especiales que favorecen la creación de un ámbito especialmente onírico. En síntesis es una historia de género, con buen ritmo narrativo y diálogos que dejan un poco que desear por los lugares comunes y ciertas recurrencias a frases armadas. Correctas son las actuaciones de Agustina Lecouna, Mauricio Dayub, Guillermo Arengo y Germán De Silva.
Rara contienda en una escuela El ritmo de la película se mantiene, no hay nada original, los personajes son chatos y hay muchos clisés. Es una película ideal para adolescentes sin demasiadas pretensiones. Parece que los vampiros que conocemos por las películas o los libros, están tan divididos como cualquier familia, o grupo político. Hay unos que son descendientes de reyes o aristócratas. Pueden morir, se alimentan de sorbitos de sangre, son muy blancos y odian la luz. Estos pertenecen a la categoría Moroi y son pelirrubios, muy pacíficos y sensibles. Pero también están los Dhampir, que ni son vampiros ni son humanos. En realidad, son una mezcla de los dos. Y por último también están los Strigoi y estos sí que son malos. Pertenecen a la nocturnidad, son inmortales y tienen el mayor poder y fuerza que los otros. La película "Academia de vampiros", basada en la primera parte de la saga de Richelle Mead, trata la historia de dos adolescentes, Rose (Zoey Deutch) y Lissa (Lucy Fry), que son amigas y asisten a la Academia St. Vladimir, escuela tipo Hogwarts, en la que estudiaba Harry Potter, con una población juvenil de vampiros de todo tipo y edad. AMIGAS EN PELIGRO Como Rose es Dhampir, que protege a los Moroi y Lissa (Lucy Fry) es una princesa Moroi, la primera protege a la segunda. Pero las cosas se complican en una escuela donde hay tanto tipo de vampiraje. En consecuencia, las chicas deciden irse de la escuela pero, atrapadas, deben regresar y enfrentar a sus opositores con los fuegos artificiales de sus poderes. Hay romance (entre Rose y su instructor), luchas por el poder, celos y muchas persecuciones. El caso es que la Academia se convierte en campo de batalla, donde cada uno muestra sus poderes y los Strigoi, vampiros malísimos se agrupan para hacer que triunfe el mal. El filme está dirigido al público juvenil. Imaginen que hay seis libros que integran la saga vampírica y de ellos se vendieron ya ocho millones, así que no alcanzan los dedos de una mano para contar las películas basadas en libros que nos esperan. Por ahí, entre vampiro y vampiro asoman actores como Gabriel Byrne, o la bella Olga Kurylenko, que supo estar en "Quantum of Solance", como la chica Bond, pero, bueno, hay que vivir y debieron aceptar papeles que quizás no les gusten demasiado. El ritmo de la película se mantiene, no hay nada original, los personajes son chatos y hay muchos clisés. Es una película ideal para adolescentes sin demasiadas pretensiones.
La señora y su ama de llaves La película es del director de la notable "Mefisto", István Szabó. "Tras la puerta" podría encuadrarse dentro del drama familiar, aunque la palabra "familiar" implica una noción de calidez de la que la historia carece. La acción transcurre en los años "60 en Budapest, Hungría, cuando una joven escritora de buen nivel económico y social contrata a una suerte de ama de llaves llamada Emerenc (Hellen Mirren). Magda (Martina Gedeck) tiene un esposo y vive en una casa elegante y cálida. El asunto es que Emerenc parece tener un pasado complicado que le amargó de tal manera el carácter que hasta al espectador se le hace difícil soportarla y eso que es nada menos que Helen Mirren, una grande del espectáculo. Se trata de un filme basado en un libro clásico, que más parece recreado para el teatro que para el cine, por su concepción de cámara y la falta de locaciones y contactos con el exterior. Salvo algunos personajes que viven rodeando a la misteriosa Emerenc. Y decimos misteriosa, porque la mujer no deja entrar a nadie a su casa. Se supone que hay algún misterio relacionado con la Segunda Guerra Mundial, de la que salió muy mal. HISTORIA ASPERA La película es del director de la notable "Mefisto", István Szabó. "Tras la puerta" podría encuadrarse dentro del drama familiar, aunque la palabra "familiar" implica una noción de calidez de la que la historia carece. Es tal la aspereza de la protagonista, que produce un cierto malestar incluso en los que la observan desde la platea. Mirren trabaja un personaje que destila amargura y su inglés produce un raro contraste con la mayoría de los actores que hablan en húngaro, lo que al escucharlos transmiten una extraña sensación en el espectador. Más aún cuando ella hace de una lugareña que se crió en Hungría, como el resto de los personajes que la rodean. A lo mencionado se suman problemas de unidad entre las escenas que funcionan casi como secuencias independientes. En dos actuaciones enfrentadas y valiosas, se destacan Helen Mirren (Emerenc) y Martina Gedeck (Magda).
Conflictos entre griegos y persas La guerra se desplaza al mar y la acción se enriquece con efectos especiales que exaltan la naturaleza del nuevo campo de batalla Nuevamente el cine se basa en relatos históricos. Ya no asentados en tradiciones orales recopiladas por estudiosos, sino tomando como fuente, libros de historietas, esta vez del interesante Frank Miller. Teniendo como base la exitosa "300", estrenada hace más de seis años, se toma la figura de Artemisia (Eva Green), que de gobernadora de Halicarnaso pasa a comandante del ejército persa y logra exitosas intervenciones navales, convirtiéndose en confidente de Xerxes (Rodrigo Santoro) y su aliada. Los dos odian al político y general ateniense Temistocles (Sullivan Stapleton), asesino del padre de Xerxes. Xerxes, el rey dios de los persas, no seguirá estrictamente los consejos de la mujer, siendo engañado por la astucia de Temís, quien enfatizó la necesidad de fortalecer a los griegos con la creación de una armada poderosa. LA ACCION MARINA La guerra se desplaza al mar y la acción se enriquece con efectos especiales que exaltan la naturaleza del nuevo campo de batalla. O sea que se toma en el filme, la batalla que ocurrió simultáneamente en la primera película "300", manteniéndose el relato oral de exposición de los hechos, a veces a cargo de Gorgo (Lena Headey), la reina de Esparta. La que ellos denominan batalla de Artemisia se produce en tanto Leónidas y sus trescientos hombres enfrentaban a los persas en las Termópilas. "300: El nacimiento de un imperio" es una secuela del filme "300", basado en la historieta de Miller, que es un veterano en entregar sus obras para adaptaciones de cine. "Sin City", "Robocop", son algunas de ellas y especialmente ésta, retoma el colorido particular de la versión original. PERFECCION FORMAL Si la comparamos con la anterior "300", la actual pierde en intensidad, en contenido dramático y hasta en cierta cuota de mito, o heroicidad. Lo notable en este caso es el diseño de producción, la perfección formal, la utilización nuevamente del "ralentí", con buenos resultados y los golpes de sangre y violencia que enfatizan el relato. El australiano Sullivan Stapleton como Temistócles no convence demasiado por su falta de liderazgo. Se destaca Eva Green (Artemisia), la misma de "Sin City" y Casino Royal, de particular ferocidad y atracción, Lena Headey como la reina Gorgo y el brasileño Rodrigo Santoro como Xerxes. En síntesis "300. El nacimiento de un imperio" es para aquel espectador que solo se fija en la acción, la tecnología, los efectos especiales y los impactos de efecto, más la intensa música electrónica del holandés Junkie XL
Una memoria hecha de verdad Es un interesante documental dirigido por sobrinos nietos de la pareja protagónica (Fito Pochat y Javier Olivera), con la expresiva voz de Cristina Banegas, leyendo pasajes del libro que escribiera Mika. Mika Feldman e Hipólito Etchebéhere se conocieron en Buenos Aires en época de la Reforma Universitaria, fueron testigos de la Semana trágica y la Universidad los presentó como estudiantes y simpatizantes de un socialismo de izquierda. Eran muy jóvenes en la década de 1920 y querían hacer la revolución. El militaba políticamente y ella lo secundaba. Se fueron al sur en la época de la Patagonia trágica y luego a Berlín, donde militaron ante sindicatos fuertes, pero el ascenso de Hitler los expulsa y parten a España, donde van a constituirse, durante la Guerra Civil Española, él en jefe militar del POUM, grupo con el que simpatizaban y ella, en Capitana con mando de tropa. La lucha los asaltó en distintos momentos de la brutal guerra desencadenada en España. La muerte de Etchebéhere en el sitio de Atienza da un corte a sus treinta y seis años; Mika continúa la lucha y es detenida por trotskista. Posteriormente ella viaja a París, interviniendo en las barricadas del 68, al lado de los estudiantes y organizando en 1976 la manifestación en el Pont Neuf, para denunciar los excesos del gobierno, en la Argentina. EMOCION CONTENIDA "Mika. Mi guerra de España" es un interesante documental dirigido por sobrinos nietos de la pareja protagónica (Fito Pochat y Javier Olivera), con la expresiva voz de Cristina Banegas, leyendo pasajes del libro que escribiera Mika y un sobrino ya mayor, Arnold, que recorre los lugares en que sus tíos desarrollaron su aventura de vivir. De fondo, los increíbles registros documentales de la Guerra Civil Española, algunos nunca vistos en la Argentina, pues se ha recurrido inclusive a materiales del Museo de la Resistencia de Turín, Italia, y a algunos archivos españoles, poco difundidos. Fotos fijas, valiosos fragmentos documentales, incluso reportajes a Mika hechos en Francia y España dan un atrapante testimonio de la memoria libertaria de estos protagonistas que se fueron a edades diferentes. El, a los treinta y seis años, en Atienza, en medio de la embestida de guerra con varios tiros en el cuerpo, en una España de luto. Ella ya con una vida activa de militancia y orgullo en el París del "92, cuando se consagra oficialmente la Unión Europea con el Tratado de Maastricht. En síntesis, un documental de impecable ejecución formal, con una música que acentúa sus sesgos emocionales
Los tesoros que se salvaron El filme muestra resultados desparejos, aunque es un filme clásico con buen ritmo narrativo, no profundiza demasiado en los hechos y es ingenuo y entretenido, con anécdotas que intentan la sonrisa del espectador y no siempre lo consiguen. El filme de George Clooney da a conocer una operación que aunó lo militar y lo artístico para salvar objetos de la cultura universal. Pinturas, esculturas, libros, manuscritos robados por los nazis fueron rescatados y vueltos a la luz por un batallón de estudiosos y expertos en arte. El batallón fue creado por el presidente Franklin D. Roosevelt, a pedido de un grupo de artistas enterados del expolio cultural. Ese grupo se infiltró en las líneas enemigas con uniformes de soldados, para rescatar obras de Miguel Angel, Da Vinci y Rembrandt, entre otros, ocultados en su mayoría en iglesias o minas. TEMA INHABITUAL Pocas películas han tocado este tema. El director John Frankenheimer lo hizo en los "60, con "El tren" y Guy Collins y Jane Chablani en sendos documentales; mientras George Clooney lo retoma basándose en un libro de Robert M. Edsel y Bret Witter. "Operación monumento" presenta a los aludidos estudiosos, con el experto Frank Stokes (George Clooney) a la cabeza. Y los sigue en su itinerario de rescate, alguno, como James Granger (Matt Damon), jefe del equipo, ayudado por una joven francesa, Claire (Cate Blanchett), bibliotecaria del Museo del Jeu de Paume, donde se concentraba el material de saqueo acumulado para las visitas "selectivas" del nazi Hermann Göring (como Hitler, amante del arte). "Operación monumento" es casi un filme de guerra que no sucede en el campo de batalla, donde sus "soldados" hablan de arte, alguno intenta un romance para sacar secretos de museos y otro muere en una emboscada por salvar una obra de arte. La película permite asistir al rescate del "Retablo del cordero místico" de Van Eyck, obra maestra de la cultura flamenca y holandesa, llevado por Göring a Berlín y también al del grupo escultórico de la "Madonna de brujas" de Miguel Angel que, en la vida real no requirió para ser salvada, de un personaje como el de Donald Jeffries, a cargo de Hugh Bonneville. LOS PERSONAJES Los caracteres de los personajes han sido tomados de la vida real y disfrazan nombres como los de Rose Valland, curadora del Museo del Jeu de Paume, imprescindible en la tarea de recuperación de obras; o James Rorimer, luego director del Museo Metropolitano de Nueva York (a cargo de Matt Damon en la ficción). "Operación monumento" muestra resultados desparejos, aunque es un filme clásico con buen ritmo narrativo, no profundiza demasiado en los hechos y es ingenuo y entretenido, con anécdotas que intentan la sonrisa del espectador y no siempre lo consiguen. Sin embargo es valiosa, porque permite conocer la existencia del histórico despojo y a esos seres increíbles, que se jugaron por grandes testimonios de la cultura.
Un padre con demasiados hijos La película se encuadra dentro de la comedia familiar, con cierta liviandad en el planteo y resoluciones que no se desarrollan ni profundizan, prefiriendo la comicidad en las situaciones, antes que el análisis. Remake del filme franco-canadiense "Starbuck" (2011), "Una familia numerosa" toma el personaje de David Wozniak (Vince Vaughn), lo ubica en un negocio de transporte de carne de su familia y lo muestra como un muchacho inmaduro, soñador, con problemas económicos por su falta de previsión y su escasa responsabilidad. En este momento está de novio, tiene buena reputación como un tipo de corazón un tanto volátil y recibe la noticia de que su "chica", Emma (Cobie Smulders), está embarazada y ha decidido asumir la situación sola, porque no confía demasiado en él. DINERO ASEGURADO Decidido a cambiar todo lo que hasta ese momento no tuvo su atención y le pedía una actitud de responsabilidad, el pobre David empieza a convivir con su condición de futuro padre. Y justamente lo hace cuando un abogado le da la noticia de que es padre biológico de quinientos treinta y tres chicos y que más de un centenar de ellos, quieren conocerlo. Claro, en su pasado juvenil, siempre escaso de dinero, más de veinte años atrás, se acercó a un "banco de esperma", lo que le representó una segura provisión económica. Y una impensada organización hizo que su "donación", por error, tuviera múltiples adeptas. Pero David decide hacer un cambio en su vida. LOGRADA ACTUACION A pesar de los consejos de Brett (Chris Pratt) su abogado, se involucra en el asunto hijos y relee los informes de algunos de ellos. Finalmente decide vincularse con algunos para ayudarlos y ayudarse dando un giro a su existencia. "Una familia numerosa" se encuadra dentro de la comedia familiar, con cierta liviandad en el planteo y resoluciones que no se desarrollan ni profundizan, prefiriendo la comicidad en las situaciones, antes que el análisis. Es estupenda la labor de Vince Vaugh, como David, con su cuota de inseguridad y no compromiso y a pesar de ello, en la segunda parte del filme, se lo ve intentando alentar a sus hijos en la carrera musical, o en sus labores de socorrista, según sean sus elecciones laborales y hasta en la difícil tarea de abandonar la droga. Como abogado, aparece Chris Pratt, que se luce, en esta liviana producción, junto con un grupo de actores adolescentes.