El director español Víctor Garcia sabe hacer las películas de terror, mantiene la tensión con los lugares comunes del género. Peligro demoníaco en una casa sin salida, donde uno a uno caen las victimas poseídas. Tiene todos los ingredientes para los amantes del género y un plus más.
Una película chilena de Isidora Marras que sumerge a la protagonista en un mundo kafkiano donde le reclaman deudas de otra persona sin importar la identidad, sólo los pagos. Interesante, con un final abrupto.
Enorme expectativa y público cautivo que en todo el mundo agotó la venta anticipada de entradas. Y la espera valió la pena. La saga, en manos del fanático y talentoso J.J. Abrams, acompañado de un gran equipo, lograron sus objetivos: reflotar la mística de la primera trilogía que conocimos y que despertó un fanatismo que nunca menguó, aún frente a la segunda y floja trilogía de precuela. Aquí el hallazgo es unir a los veteranos protagonistas, los viejos robots, con la nueva generación y juntos develar secretos (que no cometeremos la osadía de revelar) y presentar situaciones nuevas e impactantes. Y además, provocar la empatía con los nuevos y dejar los suficientes interrogantes como para tener ganas de ver ya la segunda entrega. El argumento es redondo y entretenido, aún para aquellos que no son iniciados en la saga. La historia pesa tanto como las escenas de batallas y eso es mucho decir. El espíritu lúdico, las viejas naves, la vieja generación y la nueva, lo pensaron todo mucho y bien. Diversión del principio al fin.
La visión de Justin Kurzel del drama de Shakesperare con la potente entrega de Michael Fassbender y la justa interpretación de la esposa manipuladora de Marion Cotillard. Visualmente la película fascina, los encuadres, los efectos el justo equilibrio entre la riqueza del texto y el entretenimiento con escenas de batallas sangrientas tan potentes como la ambición ciega del rey.
Una encantadora película de Álvaro Brechner sobre la angustia existencial y la necesidad de dejar un rastro en la historia de un anciano que se transforma en un cazador de nazis.
Sebastian Deus y el camino de la reconstrucción de la memoria de su abuelo, de valiente actuación en la Guerra Civil Española.
Angelina Jolie, como directora, guionista y protagonista, se arriesga con todo en este proyecto y dobla la apuesta al convocar a Brad Pitt. ¿El resultado? Una película ubicada en un paisaje perfecto, con un look refinado, y como centro, una pareja en una crisis que parece insuperable. Ella, bailarina retirada; él, escritor alcohólico que perdió la creatividad. El film se demora en un mostrarlos hasta que un hecho los despierta, los encamina. No es una película lograda, pero tiene atractivos, empezando por los protagonistas.
Bosque aislado de Irlanda, investigación a cargo de un científico obsesionado que se muda con su mujer y su hijito a casa aislada. Los lugareños le advierten, pero ellos nada, y se desata el terror. Una especie de musgo con uñas, apariciones, niños intercambiados. Entretiene, para amantes del terror.
Otra película que debe su existencia al estilo inaugurado por “El Proyecto Blair Witch”, simulación de videos caseros, iluminación con pequeños focos, y elementos sobrenaturales. En este caso, la investigación de una tradición de canibalismo en Ucrania, desde las grandes hambrunas de l932, y el espíritu vivo de un devorador serial. Lo vimos tantas veces.
El aniversario de la muerte de un gran actor italiano, aquí se llama Saverio Crispo, infiel, engendrador de hijas cuyos nombres siempre comienzan con “ese”. Todas ellas se reúnen para homenajearlo, recordar, pasarse facturas y descubrir secretos. La directora Cristina Comencini, coautora del guion, no se decide entre el delirio y la lágrima, y además se extiende demasiado. Tiene grandes actores. Virna Lisi y Marisa Paredes encabezan; gran elenco.