Para fanáticos de la saga ya lo saben Han Solo es asesinado por Kilo Ran que es su hijo Ben, reaparece Mark Hamill como un ermitaño en una isla perdida y desde el trailer Luke Skywalker sentencia que los maestros jedi tiene que desaparecer, con toda la carga dramática y el pie para las especulaciones más absurdas. Trascendió que el actor discutió y pulió bastante su personaje para aceptar este retorno que cerrará varias dudas sobre el personaje. Entre ella la carga de la revelación de Dark Vader y su paternidad. Con todo eso, más la mano que supo darle J .J. Abrams que esta vez no dirigió (se reserva para la novena. Escribió el guión y tomó la batuta Ryan Johnson que satisface la enorme expectativa. El espíritu de ” El imperio contraataca” está ahí, más toda la carga de la lucha entre el bien y el mal, más ambigüedades implícitas, que le devuelven a la saga ese espíritu festivo, aventurero, idealista, con toques de humor para alivianar la carga emotiva y poder verla con igual espíritu para los nostálgicos y descubrirla para bien de los recién iniciados. Hay esquemas que se repiten, un momento en que se hace un poquito larga pero eso no empaña el resultado. Hay por lo menos tres escenas espectaculares que arrancarán aplausos espontáneos. Los personajes nuevos de la peli anterior se afianzan, aparecen otro como los de Laura Dern y un hacker muy particular que encarna Benicio del Toro. Las intervenciones de los robots serán festejadas. Y algunas nuevas criaturas se roban buenos momentos. Y por supuesto el último trabajo de Carrie Fisher con su irremplazable princesa Leia. Una diversión garantizada, una franquicia rejuvenecida, un entretenimiento con todos los ingredientes. Esta vez “la fuerza” se siente en este capítulo difícil de superar.
Los directores, los hermanos Safdie son un emblema del cine independiente, Benny y Josh, logran con esta película el triunfo de una odisea nocturna, plagada de locura, nervios, momentos delirantes, y un ritmo enloquecedor que atrapa al espectador para no soltarlo nunca. El libro es de Joshua Sadfie con Ronald Bronstein. El protagonista excluyente y magnífico es Robert Pattinson y Benny Safdie es además su hermano de ficción. El film es un thriller desesperado de una noche en la ciudad de Nueva York. Comienza con un hermano con dificultades de entendimiento y de habla con un psicólogo que logra conmoverlo. Pero irrumpe su hermano con otros planes en la cabeza, se lo lleva, se hace cargo y lo obliga a robar un banco. El comienzo de la película es un prodigio de humor, acción y absurdo impecable. Ya con el botín en las manos, cuando abren el bolso un estallido de pintura los mancha y tiñe su destino. El hermano con dificultades va preso y el otro, tendrá una larga noche para conseguir la plata para la fianza. Es un hombre que no se detiene a pensar, que aprovecha cada recoveco de su suerte y utiliza a todos sin piedad, una preadolescente, un enfermo equivocado, un dato. Todo lo que ocurre es puro nervio, oscuridad, ritmo electrizante, puro estrés. La historia es incómoda, lo subraya la inquietud manual de las imágenes, la riqueza de las texturas de su fotografía, ese ambiente marginal, el acelerado descenso a los infiernos. Robert Pattison en una labor increíble, si pensamos en el lánguido vampiro de la saga crepúsculo. Sus decisiones siempre fueron correctas después de ese delirio de la fama. Aquí irreconocible, entregado, es él quien logra en definitiva la cohesión del film, que después de un comienzo brillante, por momentos pierde fuerza o ingresa en subtramas innecesarias. Pero ahí esta su protagonista en estado constante de desesperación, en el punto doloroso y sin retorno de una noche imprevisible y violenta, con matices y capas de construcción de su personaje.
La primera del trío de madres supuestamente incorrectas que se rebelan contra las normas de las obsesivas y criticonas tenía un cierto encanto, trabajaba a sus personajes y tuvo un sorpresivo éxito que engendró esta secuela para las fiestas. Aquí todas las mujeres del elenco están desaprovechadas. El trío original se queja del enorme trabajo que supone la “navidad perfecta” un concepto anticuado y a lo sumo fácil de resolver. Pero se les complica con la llegada de sus madres. En realidad se les complica a los guionistas y directores Jon Lucas y Scott Moore. Se nota que van al chiste fácil, al enredo previsible, a acumular lugares comunes y a no provocar ni siquiera una sonrisa. Con un elenco que reúne a Mila Kunis, Kristen Bell, la disparatada Kathryn Hahn, Cheryl Hines, las talentosas Christine Baranski y Susan Sarandon. El provecho que se les saca es mínimo y corre por cuenta de ellas lograr algún buen momento. No alcanza para lo que se esperaba.
En Italia esta filme fue estrenado como “Sicilian Ghost Story” (Una historia siciliana de fantasma) porque en su contenido atraviesa varios géneros, el recuerdo de un hecho horroroso ocurrido en 1993, cuando el poderío de la mafia en Sicilia estaba en su cenit, una historia del descubrimiento del amor preadolescente y un mundo de oscuros fantasmas para cumplir deseos imposibles. El hecho de la realidad, fue el secuestro de un chico de 12 años, hijo de un mafioso arrepentido que declaró ante la justicia, que estuvo cautivo durante 779 días, reducido a pocos kilos, trasladado a distintos escondites, asesinado y su cuerpo disuelto en ácido. Ese horror, ese fantasma del pequeño Giuseppe Mateo se unió la idea de un cuento de Mario Mancassola, donde la fantasía se hacia presente en la realidad y dio como resultado el guión que escribieron los directores Fabio Grassandona y Antonio Piazza. Dos chicos, descubren el comienzo del amor en un bosque. Se dan el primer beso. Para Luna y Giuseppe es un camino nuevo. Al poco tiempo el chico desaparece y Luna se niega a permanecer quieta y en silencio como el resto del pueblo y se desespera por encontrarlo. En ese ambiente adulto de crueldad infinita y corrupción del poder, acallado por el terror, ella no se detendrá. Desciende a una oscura realidad, fantástica, donde ella sueña a Giuseppe y el sueña a Luna por eso pueden comunicarse. Esa fantasía es la única respuesta, la última lucha, la reserva moral contra un tiempo enviciado. Esa mezcla de géneros seduce al espectador, que asiste a esa imágenes poderosas que mezclan la muerte y la esperanza, el plano de lo real y lo irrealizable que se influyen mutuamente y logran un film poderoso, fascinante, de denuncia y de una poesía que nunca atenúa los datos mas crueles del caso. A lo sumo lo subliman de la mano de la poesía y el talento. La protagonista, Julia Jedlikowska es un verdadero descubrimiento. No se la pierda.
Un documental de Santiago García Isler que siguió durante meses a un famoso dibujante de historietas que abandonó la profesión y ahora se dedica a cantar tangos a la gorra tres veces por semana. Se trata de Pablo Fayó el creador de “Pamela y el extraterrestre” que se publicara en breve, trabajo recopilado por editores y amigos, “Shatero va a la guerra” y especialmente “Agapito”.Para los entendidos el mejor dibujante de la tradición de historietas americanas de su generación. Comenzó en la mítica revista “Fierro” y siguió trabajando hasta que el tango se interpuso en su camino, se dio cuenta que de eso quería vivir y dejo de dibujar. Su filosofía, su pensamiento vivo, su particular presente, vive en la terraza de una pensión, su humor, y el cariño inmenso de sus amigos y admiradores pasan por este entrañable trabajo.
Se trata de una docu-ficción, opera prima de Lorena Jozami que revive a través de la escritura de Jorge Rosenberg un Santiago del Estero que no existe. Y lo hace con un género nativo de la ciudad, los zocos, que el publicó en el periódico local y que se recopilaron en un libro. El autor, protagonista, poeta y filósofo cuenta como comenzó esta escritura, en el “momento más álgido de la destrucción de la ciudad”. Ahí sintió que perdía lo que le había pertenecido por completo, su lugar el mundo, más acotado, lejos de la modernidad, cerca de personajes entrañables, lugares desaparecidos y por sobre todo fantasmas de seres queridos, incluido su perro. Con detalles de animación, buenas anécdotas, el film rescata no solo con nostalgia, sino con verdadero tesoro perdido y reencontrado la ciudad inventada a puro talento de sus músicos, poetas, y escritores. Emotiva.
Un documental de Pablo Doudchitzky sobre un hombre singular y talentoso. Hablamos de Carlos Rogelio Mazzochi, que es el artista plástico Masoch que pinta compulsivamente desde chico y que parece seguir la frase elegida por el director que pertenece a Vincet Van Gogh de donde sale el título de la película “Elegí el camino del perro, elegí ser pobre, elegí ser pintor”. Pero también él es Douglas Vinci que durante muchos años, junto a Lalo Mir y Bobby Flores hacían Radio Bangkok. Y como hombre de la movida del rock ha diseñado logos de bandas y radios, tapas de discos y revistas. Un artista que muestra su mundo creativo, su compulsión al trabajo, los preparativos de una muestra, su vida cotidiana, sus reflexiones frente a una realidad dura pero con un destino que ya nada puede cambiar. Su obra se despliega con generosidad, su filosofía de vida también.
Dirigida por Verónica Gentile se transforma en una fábula que acompaña la transformación de una adolescente en su llegada la adustez. En un tono fresco, ingenuo se mete en la cabeza de la protagonista, su amigo del alma, y en las fantasías de independencia y emigración de la protagonista. El título alude a un comienzo de bullying hacia Candelaria que ella como autodefensa transforma en una amiga imaginaria que alienta su costado más rebelde, su lado más salvaje. Rodada en Posadas y en Buenos Aires. Mantiene el tono leve sobre el cambio, la toma de independencia, los límites hacia unos padres sobre protector. Un tono cándido por momentos, pero valido.
Una película realizada en la isla Maciel dirigida por Marcos Quintana que se dedica con poder de observación a estos pescadores del título que nunca lidiaron con un pez pero sí con aquellos ingenuos a los que puedan engañar. Dignos representantes de los estafadores de vuelo bajo que siempre extienden “sus redes” para vender si pueden hasta a su propia madre. Representantes de toda la gama de la picaresca criolla, simpática pero implacable, perdedores empedernidos que sueñan con el negocio que pueda salvarlos. Con graciosos separadores, con abogados de cuarta, chicas prostitutas que actúan de carnada y los “perejiles” que sueñan soluciones caídas del cielo. Realizada con pocos recursos pero con poder de síntesis, mucha ironía, la filosofía tanguera sin consecuentes en temas morales pero siempre con casos reconocibles, Viñetas graciosas y punzantes.
Una agradable comedia francesa escrita y dirigida por Stephane Robelin (El mismo de (“¿Y si vivimos todos juntos?”) que le otorga un ritmo tranquilo pero entretenido a las desavenencias de amores encontrados y perdidos. En el núcleo de la acción toma la idea del Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand, pero con un giro distinto. El que esta solo y prueba por primavera vez una cita por Internet es un viudo, de 79 años, que desde la muerte de su esposa no sale a la calle (en dos años) y que descubre como manejarse con la computadora por las clases que le da el novio de su nieta. Cuando por fin encuentra una joven mujer que le gusta, envíe la foto de su yerno, pero es él con su seducción quien logra enamorar a la chica de sus sueños. Así, sin atreverse a contar su verdad lo único que logra es que el joven muchacho se enamore de “la candidata”. Vueltas de tuerca, historias laterales, enredos, pero por sobre todas las cosas una actuación medida y tierna de Pierre Richards que con los años logró mas talento como actor. Lo acompaña un elenco de primera donde cada un tiene su oportunidad de lucimiento. Amable, sostiene la historia sin necesidad de vértigos, con buen aprovechamiento de los equívocos de la trama para recrear momentos con observaciones certeras y buena pintura de los personajes. Con un aire melancólico.