Agnes Varda cumple en mayo 90 gloriosos años, conocida como la abuela de la Nouvelle vague, sigue activa, talentosa, querible, admirable. En este documental que realiza con el artista gráfico y fotógrafo JR (nominado al Oscar y premiado) recorre caminos con su socio creativo tan especial. JR se dedica a fotografiar y luego con esas tomas en gigantografías adorna trenes, paredes, tanques, contamines, fábricas, graneros, tinglados. Pero esa actividad de por sí tan llamativa tiene en la mirada y la comprensión de la directora un significados distinto y conmovedor. En su relato y en su mirada la conjunción es perfecta. La campera por empatía y sabiduría tiene un efecto profundo, bello, único. Pero esas experiencias que se detienen en una fábrica con su persona, en las mujeres de los portuarios transformadas en totems que se sientan literalmente en su corazón, en viviendas que serán destruidas pero hay una rebelde, también hay espacios íntimamente personales. Sus recuerdos, homenajes y dolores físicos. El dolor por el desprecio de otro mito Godard, la relación entrañable con su socio creativo y su familia. Una joven mujer sabia que afronta temas como sus problemas físicos y la muerte y da una lección de un cine que no podemos dejar de ver.
Del director italiano Jonás Carpignano, que contó con la colaboración de Martin Scorsese en la producción. El film con una impronta de documental, muestra como se mueve una familia de gitanos en la comunidad que da titulo a la película, interpretados por la familia Amato (hacen de si mismos) en Calabria. Una zona donde conviven con los inmigrantes africanos. Y comparten con ellos no solo el territorio, sino el desprecio de los nativos hacia los inmigrantes en general y hacia los de la comunidad romaní que se dedican al robo de autos para vender sus partes desarmados, valijas en trenes, rescates. Una comunidad que sobrevive como puede que sabe, como dice en un momento el patriarca de la familia, que tienen a todo el mundo en contra. La película se centra en el magnético Pío, que es analfabeto pero sumamente rápido e inteligente que tiene como única aspiración vivir rápido sus 14 años para transformarse en un adulto. Cuando el hermano que admira y sigue y otros familiares van presos, el se transforma en el proveedor de la familia. Una mirada inteligente que no juzga, que no se demora en ninguna trampa sensible y que logra momentos de verdadera emoción y vuelo lírico.
Dos personas se trenzan en una discusión tonta. Pero viven en la Beirut actual. Uno es un hombre de extrema derecha cristiano y el otro un inmigrante palestino que trabaja con una cuadrilla de obreros sin ninguna protección legal, “como es usual para ellos”. Ese incidente banal deriva en un juicio donde la avidez mediática le da la característica de circo, con manifestaciones de apoyo para cada parte, y lo que parecía un enfrentamiento menor adquiere proporciones volcánicas. Casi como explicar el porque de una guerra, con profundas heridas para ambas partes que están muy lejos de cicatrizar. Con matanzas y guerra de por medio. Como si esto fuera poco se enfrenta un abogado muy famoso con su propia hija. Esta historia le sirve al director Ziad Douei que co-escribió el guión para mostrar la volátil realidad política de su país y profundizar en la naturaleza humana, con sus fanatismos, intolerancia., sed de venganzas, cegueras sociales. Interesante reflexión para una zona que no conoce la paz y que se acostumbró a vivir en estado de tensión permanente, donde cualquier excusa enciende la chispa de la discordia. Aunque en privado quede abierta una puerta de tolerancia. Muy interesante.
La primera tuvo su encanto, la segunda no está tan lograda. Esta vez los enanos de jardín se meten con Sherlock Holmes y su Némesis Moriarty. El productor es Elton John que se homenajea a si mismo y hecha mano de su numerosísimo catálogo. No se sabe bien porque, nadie lo explica, el más malo, un chanchito rosa, quiere destruir a todos los enanos de jardín de Londres. Y Sherlock con Watson se transforman en los protectores. Por otro lado los personajes de la película anterior aterrizan en un jardín nuevo y Gnomeo y Julieta afrontan su primer desencuentro matrimonial. La aventura se centra en las maldades de Moriarty y las pistas que sigue el famoso detective. Y de tanto en tanto canciones de Elton para animar. No mucho más. Un producto que tiene una platea infantil y preadolescente adicta y la novedad de una animación sorprendente con respeto a los gnomos, perfecta, corpórea, única.
"...Porque no sabía bien quien era”. El largo titulo de la película de Gillermina Pico, que realizó este documental y es responsable también de la fotografía y el guión. Ella elabora su trabajo a partir del contacto con la naturaleza, los encuentros familiares, muchos viajes que le permiten recortar la realidad desde la ventanilla de distintos medios de transporte, canciones, recuerdos, anécdotas, frases. Una visión muy personal de sus experiencias, una puerta entreabierta a un mundo complejo, que nos trasmiten sensaciones, jirones de vivencias, materia casi borrada de emociones o la reconstrucción de las mismas. Sinapsis constantes que permiten atisbar un mundo rico y personal. Aunque un tanto hermético para el espectador.
Pepo, Rubén Darío Castiñeiras en un verdadero ídolo de la movida tropical, fue participante de Showmatch, invitado a los programas de Susana Giménez y Mirtha Legeand. Pero lo que eligieron contar los directores Juan Irigoyen y Cristian Jure es la otra historia: La salida de la cárcel después de seis años de prisión y el desafío del cantante que se manifiesta totalmente recuperado de su adicción a las drogas, a recuperar lo que perdió. Es decir, la fama, el respeto de la gente, su profesión, su banda. Y el protagonista se muestra en distintos ámbitos, el carcelario, la primera vez con sus músicos en libertad, los testimonios de sus padres, partes de programas dedicados a el. Pero también, para exorcizar demonios se atreve a dramatizar momentos de robos y de locura que lo llevaron a perder su libertad, a enloquecer con la fama, a perderse en sus adicciones. Un muy interesante trabajo.
Es un documental que se inscribe en la nostalgia inolvidable que fue el fenómeno que generó Martin Karadajian con sus Titanes en el ring. En este trabajo, el director y autor del guión Carlos de la Fuente se centra en una figura muy especial de la troupe porque llego a encarnar nada menos que a once personajes. Se trata de Jorge Di Cicca, un luchador profesional, campeón sudamericano y argentino, participante de las olimpíadas de Tokio y Munich. Un hombre que se destacaba de los demás participantes por su entrenamiento y profesionalismo que le permitía tener más de una lucha por jornada. Así fue “Dink C”, “El Leopardo”, “El hombre vegetal”, “El griego”, “El androide”, “El hombre araña” y el inolvidable “Caballero rojo”, entre otros. Una época de fama que refleja, junto a otros pocos sobrevivientes de los titanes. Los secretos y los recuerdos de un verdadero personaje. Un trabajo hecho a pulmón por el realizador, sin aportes oficiales.
Es un conmovedor documental que comienza con una fiesta. El director, Álvaro de la Barra recibe en la casa familiar de Chile un certificado donde consta que es el hijo de Ana María Puga y Alejandro de la Barra, militantes del MIR chileno, ejecutados cerca del jardín de Infantes donde habían dejado a su hijo, con la promesa que da el titulo a este trabajo. Desde el momento de esa ejecución, la familia se movilizo para sacar al pequeño Álvaro, buscado por la policía, fuera del país. Así viajo a cargo de una azafata a Paris, y luego Venezuela fue su país de acogida donde vivió hasta prácticamente hoy. Y este trabajo de reconstrucción, es también de reencuentro con recuerdos, lágrimas inevitables, recorrido de lugares que quedaron fijados en su memoria de niño, y reconocerse en una historia propia, arrebatada con mentiras y persecuciones. Un trabajo impecable.
La secuela de un éxito firmado por Guillermo del Toto, que aquí es productor y le dejó la dirección a Steven Deknight, que tuvo esplendores que sedujeron en su debut, ahora es un producto de muchos efectos especiales, pensado para adolescentes y con un argumento donde lo que menos importa es la lógica y los enfrentamientos son las estrellas. Básicamente es mas de lo mismo pero sin vuelo. Uniendo el pasado con el presente el personaje de John Boyega es el hijo del sacrificado protagonista Idris Elba en la primera. Se une a Scott Eastwood y a un grupo de jóvenes para manejar esos robots gigantescos, tiene que hacerlo de a dos, y luchar contra gigantescos lagartos que en el pasado vinieron por grietas temporales, y ahora se fabricaron en la tierra con la ayuda de humanos malísimos. Complicado pero no importa. Algunos momentos emotivos que se engarzan en la flor y nata de los lugares comunes, otros de rebeldía adolescente, personajes indecisos que se la juegan, héroes impensados y casi niños. Eso es lo de menos. Acá lo que se lleva el presupuesto son los monstruos y batallas digitales. Edificios cortados como manteca blanda, látigos, misiles y enormes criaturas metálicas frente a frente. Demasiado parecido a la saga de Transformes pero sin cambio de hábito. Y cuando los lagartos son vencidos una vuelta de tuerca que crea uno peor… La tierra es salvada y quizás se atrevan a una tercera película….No es una maldición es la industria.
Es el debut cinematográfico del adorable personaje de la maravillosa Beatrix Potter que supo escribir y especialmente dibujar con talento estas historias para niños que se transformaron en clásicos. Para aquellos que crecieron leyendo sus libros esta versión les puede poner los pelos de punta. Para el resto de los mortales, este film con humanos y animación digital de resultados sorprendentes, con telones de fondo naturales, y un conejo con tendencia a chico malo más que travieso, que se sale del imaginado por la autora puede ser un buen entretenimiento. El director Will Gluck que hizo la última versión de “Annie” con afroamericanos, que escribió el guión con Rob Lieber, buscó el impacto de la acción, todas las ventajas de una animación excelente, y se propuso ponerle ritmo, tono de comedia alocado, escenas que se repiten, golpes, gags, que si bien no tienen un camino progresivo, divierten. Un toque hollywoodense innegable y de impacto, que se nota desde el comienzo. Lo demás un conejito huérfano que encuentra en una humana a su madre substituta y hará hasta lo imposible por quebrar su romance con un candidato que considera a los de su especie una plaga a extinguir. Algo que intentó en vano un tío que le dejo en herencia su propiedad. Complot y luego arrepentimiento, la segunda parte es un poco mas floja. Sin embargo le alcanza para hacer pasar un rato grato a grandes y chicos.