Destino final 2.0 Hay una aplicación que te dice cuánto tiempo te queda de vida y el resultado es en pocos días. Un concepto familiar ya que también lo vimos en La Llamada o Destino Final, pero no, estamos en pleno siglo XXI, los tiempos cambian, la sociedad también. Estamos ante un filme de terror hecho exclusivamente para millennials, donde la tecnología nuevamente se vuelve en nuestra contra (no hace mucho vimos un reinvención de Chucky, que presentaba el mismo concepto), donde las temáticas de acoso y feminismo muchas veces forzado están a la orden del día. El primer filme en cine de Justin Dec (tiene en su haber el telefilme Rolling, de 2008) no deja de ser una ensalada de clichés en el género de terror, que desde hace décadas viene teniendo más fracasos que aciertos. No hay intriga, no hay escenas deslumbrantes ni nada que que quede en la memoria. Solo es “una aplicación más” sin personalidad. Sin embargo, no existe un filme totalmente malo ni totalmente bueno. Elizabeth Lail, su protagonista, a quien vimos en la serie You, sale airosa en esta producción. Uno de los pocos positivos del filme. Algo a destacar también es que la duración resulta ser correcta y si bien se siente largo el filme, no es algo en exceso. De todos modos con estos puntos no alcanza para rescatar el filme. Justin Dec da sus primeros pasos en este campo, tendrá tiempo para pulir su estilo y demás. En tanto, La hora de tu muerte marca un paso en falso a las grandes ligas.
Éxito congelado. Usualmente, siempre se atribuyó que las segundas partes eran malas o que no estaban a la altura de la anterior. ¿Por qué se da esta maldición? Simple: por el sólo hecho de perder esa originalidad, sí, pero también por repetir hasta el hartazgo aquellos elementos que fueron exitosos. Eso pasa con Frozen 2 durante la primera hora, el filme pudo haber sido decente pero cada cinco minutos irrumpe una escena musical interrumpiendo de manera constante la historia. En el metraje restante parece que el director por fin recordó que la propuesta se trata de un largometraje y no un recital. Quitando el exceso de canciones que corta los buenos momentos, se puede disfrutar el filme a medias, aunque no es más que otra aventura donde no aporta nada revelador. Este es un punto débil de Disney donde sus secuelas animadas usualmente son inferiores a sus películas originales. Hay no pocos precedentes que avalan este aserto. Donde Disney no falla es en la calidad que cada filme tiene y justifica por qué es el estudio cinematográfico más grande hoy por hoy. En lo visual no hay con qué darle y eso se disfruta. Hace poco reseñé el filme ruso La reina del hielo (historia en la que se basa Frozen), que ya tiene una quinta parte confirmada y en ese aspecto supieron reinventarse y no caer en la repetición. Seguramente los fans de Elsa y compañía disfrutarán la película por su sola presencia, pero no quedarán marcados como sí pasó con la primera entrega.
Conclusión… ¿épica? “Voy a terminar lo que empezaste” oraba Kylo Ren al casco chamuscado de Darth Vader en El despertar de la fuerza. Tal como esa frase J.J. Abrams no solo tuvo la tarea de continuar un final que ya estaba establecido sino también la trilogía que había comenzado. Tenía demasiada presión, entre ellas redimir lo que había ocurrido con Los últimos Jedi, por lo que optó por reducir a cameos aquellos personajes introducidos en aquella entrega y como no, redefinir el origen de Rey, pero eso ya es terreno de spoilers, que no les quiero arruinar. Sumado a esa tarea, debía darle un final correcto al arco de los Skywalker, una franquicia que había comenzado en 1977, una trilogía de trilogías. Demasiada presión para el pobre de Abrams. Como recurso, el factor nostalgia; algo que vimos en las entregas previas fue uno de los tantos elementos: introducir personajes nuevos con el fin de dejar posibles pistas hacia más entregas fueron su fuerte. Sin embargo esa fórmula funcionó bien en El despertar de la fuerza, pero dos episodios después eso se vuelve un tanto previsible, seguido por una muerte importante y un viaje a lo Indiana Jones. Todo ya lo vimos. Es difícil analizar el filme por sí solo, sin pensar en trilogía. Aunque debo decir que al menos a nivel argumento supera apenas a Los últimos Jedi. Pero luego, esta nueva trilogía no deja de ser la más floja de las tres. La magia de Star Wars era las entregas correlativas, relacionadas entre sí, que podías disfrutarla como una película dividida en tres partes. Si cambiás eso, matás la mística de la serie. No sólo no había relación sino que parecía que entre los directores nunca hubo acuerdo y en este aspecto Disney otorgó demasiadas libertades a la hora de explayarse. En cuanto a los personajes, se suponía que debían ser quienes continuaran el legado que les habían dejado. Rey logra salir airosa, seguida de Kylo Ren, aunque Poe y Finn no dejan de ser personajes metidos como para contentar a ciertos sectores. De hecho no me molesta eso, sino que nunca logran despegarse por sí solos por lo que siempre se recurre a la dependencia de los personajes ya conocidos. Pero no todo es malo en esta saga, debo decir que la magia de Abrams por resucitar a Carrie Fisher es algo aceptable aunque tampoco es la genialidad que fue la “resurrección” de Peter Cushing en Rogue One. Las secuencias de acción y como digo, el factor nostalgia, dedicado a aquellos fans clásicos, son el fuerte de esta entrega, donde las nuevas generaciones pueden quedarse un tanto excluidas. Y por último destaco que al menos la entrega tenga un poquitito más de personalidad en quitar los chistes que nos remitía a las películas Marvel. Conclusión, no es uno de los mejores trabajos de Abrams; sí es un gran director y sigo amando El despertar de la fuerza, que tuvo impacto en los revivals de Jurassic Park y Terminator.
Frozen no es la única. Las obras de Hans Christian Andersen tuvieron grandes adaptaciones a través del tiempo. Así como en los 90s el boom fue La sirenita, hoy lo es La reina de las nieves. Lo que muchos conocen como Frozen por parte de Disney, la obra difiere del material original. Sin embargo, los rusos encontraron ello a favor y lograron en 2012 hacer su propia versión más apegada a los libros. La reina de las nieves (para los entendidos, Elsa) en los libros es una villana y los rusos supieron adaptar con certeza esa primera versión en aquel entonces. El éxito fue tal que, hasta la fecha, vemos la cuarta entrega, contra la venidera segunda de Disney. Esta nueva entrega se centra en la lucha entre la ciencia y la magia, contando con La reina de las nieves… acercándose más a ser una heroína, que a la clásica villana que nos tenía acostumbrados en los filmes previos. Debo decir, que hay que dejar de lado el factor Disney para poder disfrutar el filme, ya que hacer una comparación a nivel visual sería injusto, debido a la diferencia de los presupuestos. Dicho eso, la película es brillante en los aspectos visuales y argumentales. La historia funciona muy bien como alternativa para lo que siempre se muestra en el cine. Tal vez deba objetar que el foco está tan puesto en los personajes principales que los secundarios ni siquiera lo son y sus aportes no resultan en gracia como tal vez se había concebido. En definitiva, La reina de las nieves en la tierra de los espejos, es un filme que se disfruta con los más chicos y que funciona bien para correrse de lo masivo.
Nunca hay paz para el viejo guerrero. Es uno de los icónicos personajes de Stallone, seguido por Rocky Balboa, que recientemente tuvo su regreso y despedida con Creed 2. Pero a diferencia del boxeador, Rambo: Last Blood era innecesaria. La entrega anterior nos dejó a Rambo regresando a casa a vivir una vida tranquila que tanto merecía. Ok, ahora, ¿era necesaria esta nueva entrega? No, pero a su vez sí. Claro, los fanáticos querían saber cómo seguiría con su vida y no me gustó que este hombre nunca tuviera paz, es frustrante y se diferencia de Rocky donde demostró pelear con sus demonios y ganarles por K.O. Lo loco de esto es que se habla de una Rambo VI ya, pero ruego que no y si lo hacen como mínimo que maten al personaje o que lo dejen vivir en paz, que es algo que se merece. Sin embargo, voy a resaltar los puntos positivos del filme. Por empezar me parece exagerado el boicot por parte de los mexicanos donde se quejan que los dejan malparados. Hollywood suele hacer eso con los latinos o hacerlos quedar como tontos (como el caso de Luisito en Ant-man) pero tampoco es algo ofensivo. Si resalto que Oscar Jaeneda, alias Luis Rey en la serie de Luismi, es de lo mejorcito del filme y es un villano que odiás de entrada y deseás que Rambo se encargue de él. El resto está muy bien y se nota que el Rambo de Stallone ya luce cansado y, repito, no me jodería una nueva entrega donde finalmente encuentre la paz, pero por favor, dejen de hacerlo sufrir. Si sos fan del personaje seguro la disfrutes, aunque no deja de ser una de las entregas mas flojas del ex soldado de Vietnam.
Lara Croft infantil. Dora surgió en los 2000 de la mano de Nickelodeon destinado a un público pre- escolar e incluso con los años fue uno de los pocos dibujos que creció a la par de sus primeros espectadores. Un ejemplo también son los Rugrats, sobre los cuales volveré en el final de esta nota. Si bien el crecimiento del personaje en su momento causó polémica por su aspecto, parece que en su segunda oportunidad salió más airosa, sorprendiendo desde su anuncio. Al ver el avance, uno sabe de qué se trata (no deja de ser un clon burdo de Indiana Jones y Tomb Raider) y eso es un punto débil porque el filme no aporta nada nuevo, más que el personaje en cuestión. Pero no es su debilidad principal ya que el reducido presupuesto de la película es muy evidente en el uso de CGI. Pudieron haberla estrenado en televisión y el resultado hubiese sido distinto, sin embargo, así como tengo mis objeciones puedo decir que la protagonista (Isabela Moner) es su principal atractivo, ya que desde su caracterización e interpretación es como ver a Dora saltar a la pantalla grande. Michael Peña, Eva Longoria y Danny Trejo acompañan en el filme. Dora y la ciudad perdida es una propuesta decente, sin ambiciones, para disfrutar en familia y no será la última de Nickelodeon de acá en adelante ya que en el año veremos un live action de Los Rugrats.
El regreso de Nikita. Luc Besson regresa a sus fuentes una vez más con aquellos thrillers con mujeres poderosas. En los tiempos que corren está correcto, pero si nos remontamos años atrás él fue un visionario, sin lugar a dudas. Anna: El peligro tiene nombre no deja de ser un refrito de Nikita, Lucy y una pequeña dosis de El quinto elemento, donde Besson nuevamente logra deleitarnos con sus secuencias de acción. Destaco también la excelente interpretación de Sasha Luss, en su primer protagónico y su segunda irrupción en la actuación tras la fallida Valerian y la ciudad de los mil planetas, también dirigida por Luc Beeson. No es que Anna… sea una mala película, ni nada sino que es un film vintage, ya que representa la vuelta a las raíces de Besson tras Valerian y la ciudad de los mil planetas, film que según mi parecer llegó tarde a su estreno. Basado en un comic homónimo fue la inspiración para Star Wars y pudo tener excelente repercusión. En cuanto a Anna… me parece que es un buen film, de género, y que funciona, pero Besson debería seguir intentando con otros géneros y no caer en el encasillamiento. El film además de contar con la debutante Sasha Luss completa el cuadro que sale a la cancha y a los tiros con Cillian Murphy, Luke Evans y Hellen Mirren.
Aire fresco. En pleno 2019 ninguna película queda exenta a ser explotada ya sea una secuela o spin−off, como se viene haciendo actualmente. Tenemos varios ejemplos en el cine, pero el que más se le parece es el caso de Star Wars. Concibiendo spin−off como forma de hacernos la espera entre episodios más amena, su plan no resultó el mejor y luego de dos spin−off fallidos, se dio marcha atrás (al menos hasta el estreno de su serie). Eso temía de la saga de Rápidos y furiosos. Sin embargo, si analizamos las películas, cada entrega ofrece algo diferente y supo reinventarse, ya con 8 películas, una en espera para el año que viene, un spin−off se venía gestando: Hobbs & Shaw, Dwayne Johnson y Jason Statham, sus personajes habían aparecido previamente en las entregas de Rápidos y furiosos y sus personajes tuvieron una excelente repercusión. Ni hablar de su química. Un hecho que tuvo sus precedentes con las segunda y tercera entrega fierrera, pero que a diferencia de ellas, en esta ocasión se llevó mucho mejor a cabo. Hobbs & Shaw no pasa por los autos solamente, sino que ofrece algo novedoso y hasta roza la ciencia ficción con el magistral villano encarnado por Edris Elba, la dupla de sus protagonistas nos recuerda a una especie de misión imposible en formato buddy movie, y sumado a que son personajes que no necesitan ser presentados eso da lugar a muchas cosas para crear. Este spin−off se sostiene por si solo y eso era lo que temía que no llegara a pasar. No es de extrañar que en la siguiente entrega estos personajes no volvieran a aparecer (al menos con regularidad), pero al menos nos calma la ansiedad de saber qué pasará con Toretto y compañía. Si tengo que objetar algo, es el hecho que se añada el supertraje del villano que, si bien es algo nuevo que ofrece la saga, no deja de hacerme ruido el elemento sobrenatural. El resto es pura acción que seguro muchos disfrutarán. Agradezco que la entrega haya cumplido mis expectativas; no sé si calmó mis ansias por la parte 9 de la saga principal pero solo digo… ¿qué será del siguiente spin−off femenino que se está preparando? Solo el tiempo lo dirá.
De vuelta a los ‘90s. Es común que Hollywood de vez en cuando quiera refritar sus grandes éxitos que supieron conquistar un enorme público. Hombres de Negro no es la excepción. Recordemos que el filme se basa en el comic homónimo publicado en los ‘90s y tuvo su adaptación fílmica de la mano de Will Smith y Tommy Lee Jones. La novedad residía en los excelentes efectos especiales pero la química de Jones con Smith fue la que salió victoriosa. A siete años del fin de la trilogía -coincidamos que la saga se mantuvo más por la química de los protagonistas que por el contenido de sus historias y como suele pasar la falta de ideas-, llega una nueva entrega. ¿Podría sobrevivir Hombres de negro: MIB Internacional sin sus protagonistas originales? Esta década vimos como Jurassic Park pudo regresar sin contar con sus protagonistas originales sin necesidad de borrar lo ya visto anteriormente. MIB Internacional parece seguir esta misma senda. Creo que me explayé demasiado en la intro, pero valía la pena mencionarla. La flamante Hombres de Negro no ofrece nada nuevo a lo ya visto y deja un sabor a poco, que el director pudo haber arriesgado a más, que la promoción del filme en parte arruinó el resultado. ¿Por qué? Simple: algo que supo hacer Disney siempre fue mostrar lo justo y necesario, algo que las otras compañías parecen no entender y con la desesperación de querer vender hacen lo que sea. Si ves los avances vas a deducir de qué va la historia y cómo termina. Sin más. Sin embargo, no todo es malo en los Hombres de Negro: MIB Internacional y fiel a su predecesora se sostiene por la química entre sus protagonistas: Chris Hemsworth y Tessa Thompson, que vendría a ocupar una versión parcial de lo que fue Will Smith en la primera entrega. Mientras que Hemsworth, simplemente, es el típico niño bonito que se las manda. Liam Neeson y Rebecca Ferguson me parecieron desaprovechados y Emma Thompson nos recuerda que la agencia de Hombres de Negro al igual que los comics tiene alcance internacional. Vamos a ver cómo responde el público y ojalá que ofrezcan algo nuevo más cercano a los comics y no limitarse a los extraterrestres (en las viñetas enfrentan casos paranormales, demonios, entre otros, algo así como Supernatural y Los cazafantasmas combinados).
¿Renacerá? 2019 es el año de despedidas de Marvel; si lloraste en Avengers: Endgame seguro vas a llorar con X−Men: Dark Phoenix, aunque no porque haya un peso argumental. Siete películas de los X−Men y Dark Phoenix no deja de ser una redención a lo que fue La Batalla final (2006) que adaptó los mismos comics. De una les digo que Dark Phoenix sale victoriosa, supera a su antecesora (Apocalipsis), pero se mantiene por debajo de Días del futuro pasado. Vamos por partes, comparándola con La Batalla final, no hay cura de mutantes, ni exceso de personajes o masacres como lo fue la versión del 2006. Dicho esto, dejo en claro las diferencias entre una y otra. Debo decir que en los primeros minutos Kinberg “mató” la esencia de los X−Men y que más tarde se retractó. Ahora, festejo el protagonismo de Jean Grey y su conversión al Fénix oscuro, pero Simon Kinberg no pudo ser más novato como director. Para empezar la promoción y confirmación de un spoiler de su propia película antes del estreno es imperdonable, más allá de que los spoilers no me afecten, no fue una buena promoción del filme. No sólo tuvo una promoción espantosa, donde faltó que el director cuente toda la película, sino que al darle el protagonismo a Jean apeló a desdibujar a todos los personajes. No hay escena épica de Quicksilver (aunque la puedo dejar pasar porque era un sello de Singer) ni subtramas relevantes, nada, todo es Jean Grey. Ok, respetan el comic, sí, pero la manera de ejecutarlo no fue la mejor. La muerte de cierto personaje importante fue un detalle que tal vez haya alegrado a los fans que estaban en contra de su sobrevaloración en las películas, pero no deja de hacerme ruido que este fue uno de los primeros cabos sueltos que quedaron (si contamos que en menos de 10 años tendría lugar el primer filme). La relación de Charles Xavier con Hank y a su vez con Magneto fue algo sutil que no me generó una emoción más allá de la capacidad actoral de McAvoy, Hoult y Fassbender. Después, otro cabo suelto que dejó el director sabiendo que era la última película con el reparto. Magneto es uno de los mejores villanos del universo de Marvel, pero Kinberg en su afán por centrarse en Jean, parecía perdido y no supo qué hacer con él. Ojo, añadió un detalle importante existente en los comics, pero sabiendo que era su última película pudo haberlo aprovechado más. Si hablamos de villanos, Jessica Chastain tenía la labor de representar a la villana de turno, un rol enigmático, que terminó siendo una amalgama de Mastermind, Emma Frost y Lilandra. Fue correcta y sus secuencias me gustaron, aunque no es algo nuevo que no había visto antes en X−Men. El filme no estuvo mal, tuvo una mayor aproximación al material original, pero de haber sido otro director, el resultado hubiese sido sin dudas superior. No era la despedida o transición que los X−Men se merecían, antes de ser reseteados por Disney. Espero ver a futuro un Siniestro, un Gambito y más sobre los mutantes, que por suerte no necesitan sostenerse de crossovers.